capitulo 41

Aquella mañana, Devan fue a buscar a Sarah. El frío del aire parecía penetrar hasta los huesos de Sarah, aumentando su nerviosismo por la reunión con el consejo de la empresa. Devan, al notar la expresión en el rostro de Sarah, le preguntó con suavidad: "¿Sigues sin sentirte bien?" Incluso la ayudó a ponerse la ropa, sus manos ligeras pero llenas de cuidado.

"¿Qué más quieren?" murmuró Sarah, su voz casi inaudible.

"Solo quieren aclarar nuestra relación", respondió Devan, mientras abotonaba con destreza la blusa de Sarah. No quería añadir más preocupaciones a la mente de la mujer.

Sarah asintió, tomó su bolso y respiró entrecortadamente. Las imágenes de diversas posibilidades llenaban su mente. Devan tomó la mano de Sarah, sintiendo el frío que la atravesaba.

"¿Señora Sarah, está enferma?" preguntó Dina, la secretaria de Devan, desde abajo.

"¿Ya están listos?" preguntó Devan, con un tono ligeramente tenso.

"Sí, señor. Incluso la señora está allí", respondió Dina.

El rostro de Devan se
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