~Acto II Conquistarte por el estómago~
*Presente
— ¡¿Qué quiere decir con que no se pudo hacer la entrega?!
La persona en el teléfono suena asustada y tartamudea explicando que al ir al domicilio nadie abrió la puerta.
— ¡Pues sigue intentando! ¡Así debas esperar ahí hasta que abra, no te muevas de ahí o verás!
Ni siquiera le dejo responder cuando ya colgué el teléfono. Solo hay alguien que puede darme respuestas.
DUUUN DUUUN
Por más que llamo no responde, ¿Para qué le pago? Furioso aviento el teléfono cuando la voz de mi fastidioso hermanastro me hace desistir de destrozar el resto de mis cosas.
— ¡¿Pero qué diamantes te pasa?! —Mi hermano menor es tan correcto que le es difícil maldecir así que usa palabras para disimular sus insultos— ¡¡Llevas un buen rato perturbando a todos en la oficina!!
Para en seco cuando ve todas mis valiosas posesiones en el suelo. Todos aquí saben que soy un perfeccionista nadie puede tocar mis libros ni mis estatuas, cada una está ordenada en un lugar específico. Ver la oficina hecha un chiquero es más que una alarma para Edward.
— ¡Santa ma…! ¿Pasó un torbellino aquí?
—Solo vete, quieres.
— ¿Qué te ocurre, hermano? Tú nunca has sido así de… explosivo.
—Pasó que Beckham renunció.
— ¿Cómo va a renunciar si tiene un contrato con nosotros por al menos tres meses más?
— ¡Pues así fue! ¡Renunció! ¡Incluso bloqueó mi teléfono y no le abre la puerta al repartidor…!
—Er, necesitas calmarte. Si tanto te inquieta sus razones ¿Por qué no se lo preguntas tú mismo?
¡Eso es! ¡Voy a ir directamente! ¡Así tenga que tirar a patadas su puerta me va a escuchar!
— ¡Er! ¡Piénsalo un poco antes de actuar!
Ni siquiera me importa acabar de escuchar lo que sea que ese entrometido quiere decirme.
***
Afuera del complejo departamental soy un manojo de nervios, muchas veces he entrado aquí, tantas veces que he perdido la cuenta. Sin embargo, jamás me había sentido tan inseguro como ahora. ¿Qué pasó? ¿Por qué renunció? ¿Por qué me quiere fuera de su vida? ¡Arruinó al protagonista de la novela!
Temo saber la razón y a la vez muero por saberlo. Siento que si no aclaro hoy mismo lo que sucede será demasiado tarde.
Subo las escaleras hecho una furia, parecen eternos hasta llegar al departamento #166
Un joven repartidor sosteniendo una gran caja me mira tembloroso y se disculpa.
— ¿Usted vive en ese departamento? ¡P-P-Por favor, si puede recibir…!
El joven se torna pálido cuando recibo su caja y sale corriendo.
Miro la caja y la abro molesto. La nota que escribí a mano está ahí también.
[¡Felicidades, Cadence!- Eren Eardwulf]
Un pastel decorado con muchos frutos rojos y letras de chocolate me recuerda los planes que echó a perder por necia.
¡BAM, BAM, BAM!
— ¡BECKHAM, ABRE LA MALDITA PUERTA!
No tengo tiempo para formalidades ni ser un caballero. Estoy demasiado molesto con ella por ser tan inconsciente de renunciar sin hablarlo primero conmigo ni decirme sus razones a la cara.
¡Cobarde! ¡Si me vas a abandonar al menos dímelo directamente!
¡Dime que me odias! ¡Mírame a los ojos, atrévete!
— ¡Oh, Señor Eardwulf! —Dice doña chismosa justo detrás de mí.
— ¡¿En dónde está?! —La mujer da pasos hacia atrás tapando su boca.
—La…señorita Beckham salió temprano en la mañana y desde entonces no ha regresado.
— ¿A dónde fue? —Digo a regañadientes.
—No estoy segura, no le contó a nadie.
—En cuanto regrese llámame.
Me doy la vuelta y la voz de la mujer me para en seco.
—No estoy segura… si vaya a regresar hoy.
— ¿Por qué dice eso, señora Potvin? —Mi voz es áspera como mi molestia.
—Dijo esta mañana que ya no va a rentar aquí y que le anote los adeudos para liquidar.
¡BAM!
Golpeo con todas mis fuerzas la puerta o lo que sea que tengo a un lado. La mujer incluso salta y algunos vecinos abren la puerta tratando de ver el alboroto en el pasillo.
—En cuanto regrese me avisas. Entretenla hasta que yo llegue.
—S-Si… señor Eardwulf.
Al salir del edificio veo un basurero y tiro ahí la caja para que las ratas que viven ahí se den su festín.
En cuanto la puerta de Tyley se cierra golpeo con fuerza el volante.
— ¡Maldición! ¡No te vas a librar tan fácil de mí, Beckham!
***
De regreso a la oficina ignoro a Edward quien continúa fastidiando, entro y cierro la puerta con seguro esperando no ser molestado por nadie.
Decidido abro el cajón donde tengo resguardado su libro ¡Esta vez sin falta lo haré trizas! En cuanto veo el pequeño libro asomarse también me encuentro con un montón de cuadros para notas. Todos ellos son mensajes escritos para Cadence firmados por Edw2238 llenos de buenos deseos. Algunos de ellos salen con fuerza cayendo al suelo por la brusquedad con que abrí el primer cajón.
A mis pies quedan varias notas pegadizas con mensajes repetidos que tontamente escribí varias veces hasta sentirme satisfecho con el resultado ¡¿En qué demonios estaba pensando?!
Recuerdo mi sonrisa estúpida y las horas dedicadas al pensar en cada uno de esos mensajes. Por esos días creí como un tonto que haciendo eso ella me abriría la puerta a su corazón.
Es un pensamiento bastante torpe si lo pienso de nueva cuenta “Conquistar por el estómago” fue el nombre que le puse a mi estrategia, que por cierto fue bastante mala. Todo el tiempo buscaba por internet reseñas de lugares y comidas deliciosas que pudiera enviar a la puerta de Cadence Beckham. A pesar de que no tenía mucho tiempo, iba personalmente hasta allá y les entregaba la nota escrita cuidadosamente por mí.
Luego corrí a visitarla como su editor, ella tomó la nota y la abrazó contra su pecho. Aunque me sentía orgulloso de que mi nota estuviera en sus manos, me invadían los celos al pensar que solo 2238 pudo lograr entrar a su círculo de confianza. Algo irónico porque yo estaba justo frente a ella, solo que Beckham me cree alguien molesto que solo estuvo ahí para fastidiar su existencia.
— ¡Voy a tirar a la basura y triturar página por página de este maldito libro…!
En el suelo un pequeño frasco se abre, su aroma que tanto me maldice me despierta de mi letargo de ira emocional y como si fuera aromaterapia, algo me hace abrir el libro para ver de nuevo la dedicatoria.
“Para aquella persona que cree en mí, te llevas mi corazón”
Vuelvo a estampar el libro contra el escritorio y para mi molestia ni siquiera soy capaz de hacerlo con fuerza.
Cierro los ojos un momento y busco entre las páginas virtuales del manuscrito que me ha enviado ella la infame escena que desató a mi lobo interior. En cuanto encuentro el capítulo un gran escalofrío me recorre por la espalda.
— ¿Qué es esto?
----
Hace 4 meses
— ¿Por qué tardaste tanto en abrir?
— ¿Pasó algo, Señor Editor Eardwulf?
—Explícame por qué agregaste un segundo protagonista masculino.
—Ah, eso. Bueno, dicen que hace las cosas más interesantes un rival ¿cierto?
¡Si, hace las cosas más interesantes! ¡Pero eso no es lo que me molesta!
— ¿Por qué Etzel se parece a mi hermano Edward?
— ¿Eh?
—Es más que obvio, incluso no puede maldecir sin usar palabras cotidianas para disimular.
Aquella mañana en cuanto recibí el mensaje de Cadence me emocioné mucho, pues rara vez me escribe. Así que, en cuanto me añadió una extensión a la ficha de personajes y vi a mi maldito hermano como segundo protagonista masculino y rival amoroso, estuve a punto de ir directo con Edward a retorcerle el cuello.
¿Desde cuándo? ¿Cuándo se hicieron cercanos esos dos? ¡¡Maldito Edward!!
Bueno, sé que fue al centro comercial a investigar una información sobre… fragancias y luego se encontraron “de casualidad” La llevó a tomar un café y platicaron amenamente sobre la compatibilidad de sus signos.
¡¡UN CAFÉ!! ¡Conmigo no sale ni para respirar aire fresco!
— ¿Ah sí? Y supongo que te agradó tanto que lo usaste como referencia para otro personaje.
—En realidad ya había pensado en hacer un protagonista secundario. El joven Eardwulf es muy agradable y pensé en que alguien como él podría ayudar mucho a que la protagonista se desenvuelva más.
¡Es mi hermano!
—Ya veo…
Sé que Cadence me ve como si fuera alguien aterrador o que por alguna razón soy molesto, por ello no espero a que me dé su permiso de entrar, simplemente entro antes de que me niegue pasar. En cuanto pongo el pie en el umbral, veo su cuaderno de notas y me invade la curiosidad ¿Qué habrá escrito de ese desgraciado?
Si ha escrito una escena romántica con él, juro que voy a romper esas páginas y le diré que lo escriba de nuevo.
Ya desde hace tiempo había notado que ella tenía un semblante más dulce y mi hermano Edward me pregunta por ella en la oficina. Más le vale que no esté detrás de lo que es mío, no me importa si es mi hermano, ya bastante tengo en contra de él desde que el abuelo lo tiene en la mira como candidato al puesto “Editor en Jefe” que le he pedido tantas veces.
Molesto tomo el cuaderno y leo el primer fragmento que encuentro.
[— ¿Qué haces con Etzel? ¿Acaso lo estas seduciendo, bruja?
—Usted y yo no tenemos nada que hablar—Contesta Candace molesta—Desde aquella noche en que me rechazó mi pareja, soy soltera y estoy libre para salir con quien quiera.
— ¿Y solo porque te he rechazado vas por mi hermano? ¿Estás tan desesperada?
¿Cómo se atreve a llamarla una seductora cuando claramente él es el mayor mujeriego?
—Lo que haga con el joven Avery o no, es algo que nos concierne a ambos no a usted, Alfa.
Y ahora, si me permite…
— ¡No hemos terminado de hablar aún, Candace Var Sansa!
Debido a su fuerte necesidad de contacto Candace decide alejarse tan rápido como pueda incluso si debe fingir no sentirse afectada por él. Debe ser fuerte o su celo ganará la batalla y su loba tomará el control de la situación.
—Alfa, me rechazó ¿Qué más quiere? ¿Qué muera sola? ¡¿Eso es lo que desea?!
Candace no puede reprimir más sus lágrimas. Aquel hombre lobo llamado Ery Avery es demasiado frío con ella, la rechazó, sin embargo a veces tiene una forma de mirarla y actos que la confunden cada vez más. Cuando cree que puede olvidarlo y continuar con su vida este regresa a recordarle quién atormenta en sus pensamientos y juega con sus sentimientos.
Candace quiere llorar pero eso solo hará que el Alfa Ery Avery sienta que ha ganado, su placer es molestarla y asegurarse de que su vida no sea feliz.
—Mi lobo no quiere verte con otro macho—Dice secamente.
— ¿Por qué?
—Porque no. Escucha la orden de tu Alfa.
—Ser mi Alfa no le da el derecho de interferir en mi vida, por favor acepte mi rechazo y acabemos de una vez con este vínculo.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Yo, Candace Var Sansa, acepto tu…
— ¡No te atrevas a decir esas palabras!
— ¡¿Por qué no, Alfa?! ¡No me quiere, no le intereso ni le gusto…! ¡¿No puedo ser feliz con otro?!
— ¡No, no puedes!
Candace derrama una lágrima tras otra, es imposible entender el objetivo de ese Alfa que no la deja a luz ni sombra tirando y enrollando como si fuera su anzuelo.
—No llores. Sabes que eso es molesto.
Alfa Ery a pesar de sus frías palabras acaricia su mejilla suavemente.
—Mi lobo no quiere dejarte ir —dice seriamente.
—Entonces dile a tu lobo que acepte mi rechazo y me deje en paz. Por favor, no puedo vivir sin ser amada, como una viuda que no tiene derecho a sentir…
—No eres una viuda, me tienes a mí.
— ¿No había dicho el Alfa frente a toda la manada que va a casarse con Freya?
—Así es.
— ¿Y entonces?
—Solo Freya califica para ser la Luna de la manada…
—Entonces no hay nada más que hablar. Yo también quiero una pareja—Candace aleja su mano y respirando hondo saca las fuerzas que puede para rechazar su toque—Prefiero entregarme a otro que no seas tú.
Después de decidirlo no hay vuelta atrás. Con pasos firmes pero rápidos la joven trata de abrir la puerta y salir de ahí sin mirar atrás.
— ¡Candace aún no hemos terminado de hablar!
¡BANG!
Alfa Ery la acorrala contra la puerta y sus miradas se encuentran.
—No puedo hacerte mi Luna, Candy.
Hace tanto tiempo que no la llamaba así. Candace no puede dejar de llorar al recordar los pocos momentos en el pasado en que él fue amable con ella, sus actitudes son tan confusas como entender lo que piensa. ¿La ama?
— ¿Por qué no?
—Dije que no puedes llorar, no lo hagas.
Nuevamente aunque sus palabras son secas y su rostro carece de expresión su mano acaricia nuevamente su mejilla limpiando sus lágrimas. Candace, creyendo que eso es un signo de afecto piensa para sus adentros que quizá solo quizá, él si siente algo por ella. De ser así no le importaría seguirle así fuera obvio que es hacia el mismo averno. Creerá en él ciegamente, solo quiere escuchar una cosa para darle fuerzas.
“Si dice que me quiere aunque sea un poco, yo…”
—Sé mi amante.
Dice sin miramientos. Candace llora nuevamente y se escabulle bajo su brazo.
— ¿Eh?
—Dije que seas mi amante. Mi lobo te desea y yo también quiero que te entregues a mí.
—Si deseas estar conmigo entonces elígeme como tu pareja.
—No puedo.
— ¿No te gusto?
—Me atraes, eso no te lo voy a negar. Quiero hacerte tantas cosas…
— ¿Entonces?
—Candy, puedo darte lo que desees si te entregas.
—No lo entiendo.
—No puedo hacerte mi novia ni darte un título. Pero puedo hacerte sentir un placer inimaginable que solo se puede experimentar con tu pareja destinada, puedo llenarte de riquezas, mi protección y poder.
Candy llora sin poder contener sus lágrimas.
—Pero, no puedo hacerte mi Luna, nadie puede saber que tenemos una relación, si, yo tengo que casarme con Freya. Casarse es mera formalidad y un título para tenerlos contentos. Tú en cambio…
—No, yo quiero alguien que me ame y sea solo mío no compartirlo con otra.
—Candy, incluso si alguien te llega a amar un mínimo, no puedes negar tu destino.
Candace no pudiendo soportar más el peso en sus piernas cae al suelo y aturdida se arrastra tratando de levantarse de la impresión.
Luego después de poder recuperar algo de fuerzas abre la puerta y corre.
La voz del Alfa se eleva como si fuera una voz en el cielo condenándola
— ¡Puedes vivir de tu romance barato, pero el amor no pelea en una batalla a muerte ni puede defender a una manada! ¡Y tú eres extremadamente débil! ¡Agradece que piense en darte lo que te ofrezco y tómalo!
Una vez lejos Candace se esconde detrás de un árbol, confundida y sola se pregunta que ha hecho para merecer ese castigo.
—No lo entiendo, Alfa… ¿Cómo puede ser tan egoísta?]
Técnicamente suena decente pero carece de pasión. ¿En todo este tiempo no he podido enseñarle nada? ¿No puede transmitir sentimientos además de odio, muerte, misterio y traición?
Al menos me siento más tranquilo sabiendo que no tiene ningún interés romántico por Edward.
—Cadence, ven aquí.
Señalo la entrada y ella me mira ladeando la cabeza.
—Dije que vengas aquí.
¡BAM!
En cuanto la acorralo contra la puerta para enseñarle como hacer más vivida la escena, el olor a frutos rojos en su cabello casi me hace olvidarme de mi verdadero objetivo.
—Lee la escena de nuevo —Digo poniendo el cuaderno en su pecho como si fuera un actor que debe leer el guion.
Ella ve la página y la escena que he subrayado con el marca textos, haciendo una expresión de extrañeza ladea su cabeza hacia mi derecha leyendo sin abrir la boca.
—En voz alta—reitero aparentando la seriedad del protagonista.
—“E-entonces no hay nada más de qué hablar… Y-Yo también…”
—Candace.
Acaricio su mejilla como en la escena y tengo que morderme el labio para contenerme. Es tan suave…
—P-Prefiero entregarme a otro antes que a ti
— ¿De verdad?
Aunque sé que estamos siguiendo el guion escucharla decir esas palabras provoca que sienta como si me estrujara el corazón.
—Quiero verte intentarlo—la tomo por la barbilla—Veamos si otro es capaz de hacerte sentir como yo lo hago.
— ¡A…Alfa…!
Sin dejar de acorralarla con un brazo tomo con la otra mano libre su barbilla y acerco mis labios a los de ella sin dejar de mirarla fijamente.
— ¿Acaso harás esto con otro? Vas a dejar que te bese y acaricie…
Suavemente tratando de no tocarla a excepción de su barbilla para no explotar y perder el control ahí mismo, quito el brazo con el que la acorralé. Con el dorso de mi mano y nudillos, leve, muy leve… como si trazara una delgada línea invisible desde el contorno de su hombro izquierdo, voy bajando por su brazo hasta llegar a su cadera. Juro que mi intención solo es para ilustrar y hacer más vivido ese momento para que Cadence pueda sentir el momento. 'A quien miento? Mi solo instinto me traiciona.
Mi mano insatisfecha, como si hubiera encendido un interruptor que no quiere parar, comienza a hacer movimientos más firmes y seguros, en lugar de mi dorso es mi mano completa la que regresa a tocar su cadera y lentamente, como si quisiera grabar cada curva, voy subiendo hasta su torso. Huelo su cabello y mi respiración comienza a agitarse.
Debo mantenerme sereno si no quiero salirme de control.
Es fácil pensarlo, lo más difícil es cumplirlo.
Su aroma es delicioso, recorro mi nariz trazando la forma de su oreja, luego llego a su cuello delgado y caliente. Puedo escuchar su respiración también y su pecho que sube y baja, parece que está sintiendo lo mismo que yo. Deposito un beso rápido en su cuello luego otro, después otro… Cuando menos me he dado cuenta en lugar de besos suaves estoy relamiéndome los labios disfrutando de su cuello y mi mano traviesa toca su pecho. Es tan suave, su tamaño es tan perfecto que cabe exactamente en mi gran mano.
—Deliciosa…
Lamo su cuello y la abrazo para acercarla más a mí.
—Se…Señor…
¡Maldición! ¡¿Qué he hecho?!
Esto de recrear la escena para que Cadence pueda escribir con más sentimiento se volvió un disparo en mi propio pié.
¡Rápido, debo hacer algo para que no sospeche que inexplicablemente se volvió una sesión sexual!
—Es “Alfa”, Llámame Alfa, “Candace”
—Alfa…
—Eso es…
Su mirada dice 100% que puedo continuar, ya sea porque me cree que es solo para fines educativos o porque ya le calenté el horno a ese panecillo de miel.
Recorro su espalda con mi mano y beso nuevamente en una zona que sé que la hará estremecer, justo cerca de su lóbulo que se conecta al cuello. Deposito otro beso y pongo su lóbulo en mi boca.
—¡Aaah… Alfa…!
Su gemido involuntario me hace estremecer y el último hilo de cordura se rompe. De haber sabido que iniciar eso sería peligroso no lo habría empezado, lo peor es que he descubierto que me calienta demasiado que me llame su Alfa.
—Mi Omega…
¡Maldición…Quiero más, mucho más!
¡Saludos a todos! Nuevamente tenemos un "En escena" De esa persona, si, justo después de que Cady revela a Ery lo que lleva guardando en su interior. En esta ocasión se muestra desde la perspectiva de esa persona como fue ese momento en que actuaron una escena sintiendo deseo por el otro. Este capítulo es de más de 8000 palabras así que para no extenderme demasiado en cuanto a lo que permite la aplicación se ha dividido en 3 partes.