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Capítulo 83- Sinceramente, hoy seré una chica mala.

Hay un pequeño secreto que no le he dicho a nadie más, ni siquiera a Sarah. Aunque puedo olvidar muchas cosas de manera involuntaria hay una memoria en particular que por más que he deseado que desaparezca, aún sigue atormentándome en mis días más vulnerables…

— ¡¿Volvieron a pelear?!

Cuando me desquité el enojo contando a Hershey lo mucho que me molesté con Ery, ella en lugar de estar de mi lado me regañó.

—Eso que le dijiste fue demasiado cruel, Cady Cad.

— ¿Por qué? ¡¡Es él quien dijo que solo le sirvo para tener hijos!!

— ¡Exacto, porque ese es el deber de una Luna!

— ¡No digas idioteces, Hershey! ¡¿Acaso no se escuchan todos?! ¡Tú eres mujer, deberías entenderme!

Ambas nos vemos respirando de manera agitada, sabemos que ninguna de las dos va a ceder esta vez.

—Entiendo, te ofende que solo te dé un sentido cuando en realidad eres la madre de la manada y quien está a cargo de su bienestar. Pero, debes entender que no estás en posición de darte ese lujo de pelear a cada rato con el Alfa---

— ¡¿Por qué no?! ¡¿Es porque soy Omega?! ¡¿Eso quieres decir?!

Nuevamente nos quedamos en silencio inhalando y exhalando con alta tensión en el ambiente.

—No, Cady Cad. Sabes que para mí no importa si eres o no una Omega, te quiero tal como eres… Pero tienes una rival al acecho y esas peleas con Alfa Ery pueden crear una brecha muy grande que…

— ¿Te refieres a Freya Belcher?

—Si, como ya sabes está aquí en la manada.

Entonces nuevamente el silencio nos invade. Solo que esta vez siento calor en mi pecho y ganas de golpear lo que haya a mi paso. No se atrevería… ¿O sí?

Después de todo tiene mucho de “él” pero, si no fuera que me ha dicho muchas veces que le gusto y no ha estado con más féminas, lo creería igual de mujeriego.

—Cady Cad. Quizá te sea difícil comprenderlo porque tú siempre has sido una buena chica. Pero Alfa Ery desde antes ha sido un “lobo” al que se le puede recordar por sus noches de aventuras variadas.

Aunque no recuerdo la clase de historia que escribí, pues más de la mitad de esta historia está bloqueada por la penalización que me dejaron por “piratería” con una fragancia de imitación, no estoy segura de si le había dado ese defecto de él también…

Hershey se calma en cuanto entiende por mi silencio que acaba de tocar un tema muy delicado pues me abraza e intenta calmar la situación.

—Pero Alfa Ery ha probado lo mucho que aprecia a su Luna. Así que no hará algo que le haga fracturar el vínculo.

— ¿Aprecio? ¿Acaso puede competir eso con una loba guapa que además es de gran pedigrí (como los perros) hermosa, completamente del gusto de él y Alfa para variar?

— ¿Vas a dejar que eso te intimide?

—No, para nada… ¡Si le viera con Freya me encargaré de castrarlo con mis propias uñas!

— ¡Esa es mi Luna! Bien, piensa un poco en lo que te dije. Los lobos malos se aburren rápido si su pareja es demasiado “buena” como para mantenerle entretenido. Y yo creo, por lo que he visto en mi Luna, que tienes una parte de chica mala deseosa por salir.

Hershey sale y cierra la puerta con cuidado mientras me despido con una sonrisa. Sin embargo, en cuanto la puerta hace el ruido sordo y me enfrento con la soledad, mi sonrisa se ha borrado completamente.

¿Ery un mujeriego?

Una parte de mí lo sabía, sin embargo… Agradezco no haberlo visto con mis propios ojos, bastante tengo con ese otro mujeriego que restregaba sus conquistas a diestra y siniestra frente a mí por más de cuatro años.

—Así que una loba distinta cada noche…

Un Alfa que piensa en que las hembras solo existen para engendrar a su siguiente heredero… Es imposible que no salga por otra hembra si su supuesta pareja se niega. Es como esos patanes a los que les debes dar la prueba para que no te dejen ¡Qué desgraciado!  ¡¿Entonces esta noche no vendrá?! ¡¿Es porque está con otra?!

¡No! ¡No es que me afecte porque somos amigos y no tiene que rendirme cuentas! ¡Pero soy su esposa maldita sea, para la manada se supone que somos una pareja solida! ¡Más le vale comportarse!

— ¡Estúpido Ery! ¡Alfa idiota, petulante arrogante pedazo de….! ¡Si no está pensando con el pito está de déspota y grosero! ¡Tonto, imbécil!

¡BAM! ¡BAM! ¡BAM!

¡Más le vale! ¡Si lo veo andando como urgido detrás de otra yo misma me encargaré de que no pueda dejar descendencia!

¡Ven aquí! ¡Duerme en la habitación! ¡¿No lo harás?!

¡BAM! ¡BAM! ¡BAM!

¡¿En dónde estás?! ¡¿Sí fuiste detrás de Freya o alguna de tus lobas para distinta noche?! ¡¿Tienes alguna especie de agenda con la lista de todas esas zorras?!

¡BAMBAMBAM!

— ¡Bien! ¡Haz lo que quieras!

De todos modos es el protagonista de una historia que escribí por la fuerza gracias a ese otro mujeriego desgraciado y nefasto.

Una vez he golpeado hasta dolerme la mano porque Chiara no me presta su poder pues sigue enfadada por pelear con “nuestra” pareja, finalmente apago la luz soplando en las lámparas y velas.

Lo único que queda de él es esa esencia suya que parece seguir presente en toda la habitación, abrazo su almohada, su olor me irrita y me reconforta a la vez.

Aunque tengo toda la cama para mi sola y no me fastidiará queriendo manosearme, siento como si el espacio fuera exageradamente grande. La cama no es tan enorme como para notarse pero ahí está, su lugar vacío parece inmenso.

— ¿No vendrás esta noche?

Si está con otra lo mato ¡Juro que lo voy a castrar frente a toda la manada aunque eso me cueste un reseteo tras ser castigada por ello! Podría ir a buscarlo… No siento las punzadas de su traición pero todavía no estamos marcados así que tal vez no estemos vinculados tanto como para sentir cuando él…

¡No, no, no! ¡No me importa! ¡Es solo el protagonista de esta historia! ¡Ni siquiera es real! Además, tampoco es que esté celosa o algo parecido es solo que me irrita…

— ¡Pues que se J0d4! ¡Por mí que no vuelva!

Siento una fuerte ráfaga de viento colarse por la ventana mientras me cubro hasta la cabeza intentando con todas mis fuerzas conciliar el sueño hasta que finalmente mis pensamientos dejan de molestarme y la oscuridad me envuelve en su manto también.

****

Hace mucho tiempo que no tenía un sueño de este tipo, el único que desearía con todas mis fuerzas poder olvidar. Porque fue el momento en que la amenorrea acabó con todas mis esperanzas.

Una luz se enciende como un reflector en una obra de teatro, Cadence de 23 años se encuentra apenas durmiendo en su cama tras el peor día de su vida. Fueron demasiadas las emociones que ni siquiera se ha quitado el vestido negro que llevaba de luto. Probablemente vestiría de negro por el resto de sus días.

Aunque quisiera no hay más lágrimas por derramar solo un inmenso vacío que aumenta más entre la oscuridad y la soledad en su habitación. 

Nada más tiene sentido en la vida, ni siquiera hay certeza de lo que hará al día siguiente. Una vida rutinaria llena de vistitas constantes al hospital y a la universidad. Nunca más habrá visitas al hospital, la universidad parece algo inútil, no queda nada más.

BRRR, BRRR...

La vibración al mismo tiempo que la canción que le puso como tono de llamada hace que ese ambiente lúgubre tenga algo de color. En momentos como ese, el solo escuchar su voz parece algo reconfortante. “¿Ya se enteró por el señor Dieterich?” piensa ingenuamente al responder el teléfono.

— ¿Señor Ea---?

— ¡Aaaah~!

Entonces solo puede sentir y escuchar algo que se rompe por dentro.

— ¡Aaaah, Aaah...Aaaaah!

Aquel sonido es imposible de ignorar. Es más que obvio...

—Hmmm... Que rico, Aaaah...

Lo normal en una ocasión así sería molestarse o por lo menos colgar la llamada, sin embargo el sonido continúa por lago rato. Un largo y tendido momento que parece jamás terminar hasta que finalmente sucede, esa voz jadeante ya no suena más.

Aunque los números que marcan el tiempo indefinido que ha estado activa la llamada continúan aumentando, no hay más ruidos, solo silencio hasta que finalmente la mujer recobra sus sentidos y presiona el botón rojo.

Le sigue el sonido de las teclas, hasta que el nombre “Señor Eardwulf” pasa a ser “Editor Cretino” luego un fuerte sonido del teléfono siendo aventado y rebotar al suelo resuena por toda la habitación dejando una sensación pesada.

—Eres demasiado cruel…

Cuando ya no puedes llorar no significa que no puedas sentir nada. Simplemente has llorado lo suficiente como para aceptar que no quieres sentir más dolor.

— ¿Pero, por qué va a dolerme si yo no siento nada por él...? Así es, no me afecta en lo más mínimo. Que se coja a quien desee.

***

Después de eso dejé de ser espectadora de mi propio recuerdo, ahora estoy reviviendo todo esto con su rostro frente a mí repitiendo las mismas palabras. En el mismo lugar que tampoco puedo olvidar nunca, la oficina de ese Demonio de Lupus.

—Dejaste la universidad. —Su mirada de repudio es inconfundible.

—....Solo vine a traer el manuscrito con la ficha de personajes y sinopsis que me pidió.

—No me has respondido.

¿Qué más quiere que le diga? El solo pensar en encontrármelo cerca de mi banca favorita es demasiado incómodo. Me quedé aquí porque es necesario y tengo una gran deuda que pagarle al señor Dieterich. Ese editor soquete solo sabe estar detrás de mujeres y criticarme como si fuera un deporte, el muy entrometido lee mis ensayos y tiene el descaro de corregirlos cuando en el trabajo nunca se digna en leer siquiera la sinopsis.

—Es algo inútil de todos modos.

No quiero verlo ahí, el sueño de mi abuela era verme graduarme y ese sueño ahora es inútil ¿Qué sentido tiene? Además tengo un lío más grande por el cual preocuparme.

—Oh claro, la señorita Beckham se siente la gran autora que no necesita de estudios universitarios porque su respaldo es un concurso ganado en una feria escolar—Dice con aplausos secos como su mirada—Anuncio de última hora, ese concurso lo ganaste hace años, desde ahí no has escrito nada más que puros fracasos aburridos.

Aunque sus palabras son duras creo que he escuchado algo peor que eso. Los vulgares gemidos de alguna de sus mujerzuelas en su llamada de mal gusto.

Aun no entiendo la razón por la que lo hizo.

Ya me había sucedido algo parecido a los 19 años la madrugada después de que me despidió como asistente pues ya había saldado supuestamente mi deuda contra su tapete.

Olvidé completamente esa madrugada sin embargo lo escribí en mi diario y estoy segura que debió ser algo de lo más asqueroso por lo que yo misma experimenté a las dos de la mañana.

— ¿Y de qué trata tu basura esta vez?

No sé por qué sigo soportando a este patán. Ah, cierto por Dieterich y esa enorme deuda que tengo por los gastos funerarios.

—En una mansión aparece asesinado un mujeriego y deben descubrir al asesino. Las sospechosas son su esposa y cuatro de sus amantes. Una a una de las sospechosas es asesinada por alguien misterioso descartando para el detective a quien tenía en la mira de sospechas. También el mujeriego antes de morir alcanzó a comerse las bragas de quién lo asesinó para incriminarle después.

—Tch, de lo más mediocre.

Ya no me importa nada. En realidad eso último de las bragas me lo acabo de inventar, ojalá te ahoguen con una por mujeriego y patán.

No he podido dormir desde entonces, como si fuera una maldición sigo escuchando los gemidos de alguna de tus zorras así que me he ocupado escribiendo. No he parado de escribir hasta sacarme esa sensación asquerosa que me dejaste.

Veo los papeles esparcidos en su mesa no aparta su mirada de mí mientras las palabas [Los asesinatos en la mansión: primera víctima la mucama pelirroja] se reflejan en mis ojos.

Nunca más volveré a creer que este desgraciado es decente.

***

Desde que por algún capricho extraño de un sistema de transmigración terminé dentro de mí misma historia que no había vuelto a soñar eso. Quizá fueron las palabras de Hershey o quizá fue el pensar que “él” y Ery puedan ser completamente iguales en ese aspecto lo que me ha levantado esa alerta.

Así que no quise dejar que nuestras diferencias nos separaran otra noche, no quiero seguir soñar una tercera vez con eso. Porque en mis sueños no solamente vienen a mi esos gemidos infernales, después de que revivo esa maldita noche y a Eren Eardwulf molesto porque dejé la universidad exigiendo que le de mis razones como si le debiera algo, se vuelve unos años más joven y se convierte en Ery quien besa a Freya frente a mí solo para demostrarme que no le valgo nada.

—Tu esposo acaba de conseguir esa cerveza especial que puede hacer que incluso un Alfa cante.

Es extraño como una mala noche cambia de una manera tan abrupta y vuelvo a sentirme animada con solo escuchar desde la misma boca de Milo el cómo ese Alfa, quien debería ser la imagen personificada de ese patán, se ha esforzado tanto por mí.

Puedo visualizarlo cocinando y todos esos alimentos insípidos dejaron de ser insignificantes. Ahora los aprecio a todos y cada uno de ellos.

¿Cómo se vería Ery cantando?

¡Quiero verlo cantar, sería muy divertido!

— ¡Maravilloso! ¡Vamos ahora mismo! —Le tomo del brazo aunque no estoy segura si debemos dirigirnos al comedor o algún lugar en específico.

— ¡Espera, Cady! —Dice tomándome la mano y paro en seco. —No sé cómo decirte esto pero…

¿No había dicho que quiere hacerlo?

—En realidad así como hay reglas en la manada hay una pequeña que especifica que está prohibido este tipo de alcohol pues sería peligroso que quedáramos vulnerables ante algún ataque y estemos… indispuestos por los efectos de este.

Ah, entonces eso está prohibido. Aun así lo ha conseguido porque me lo prometió.  No sé por qué saber eso me deja una sensación cálida y agradable en el pecho, quisiera abrazarlo y agradecerle por todo. Pero él dijo que solo desea una cosa, conocerme. Bien, dejaré que me conozca aunque no estoy segura si seguiré agradándole cuando me conozca más de cerca.

— ¡Cady!

De nuevo vuelve a tomarme de la muñeca y me detiene.

—Sé que tienes prisa porque quedan pocas horas para que cumplas la misión. Si quieres podemos encerrarnos en mi oficina.

Sonrío y me río en cuanto veo su rostro preocupado. Tuve que asegurarle que no hay problema con la penalización porque, para empezar, no he aceptado la misión aún. Tengo libertad de seleccionar la misión que quiera entre distintas opciones, fue mi beneficio por esos gastos “Premium” el último día de mi vida antes del accidente.

Entonces le pido que me espere y se prepare para vernos más tarde. Emocionada selecciono en la ventana el inicio de misión, luego voy a buscar una manta y preparo algunos aperitivos rápidos. Por enlace mental busco a Hershey y le pido que me consiga dos vasos grandes y velas.

Hay un lugar perfecto, no sé por qué me viene a la mente que ahí estaremos tranquilos pero ¿quién mejor para ser nuestro testigo que la enigmática Gudrun/Galia?

‘Es un lugar donde descansan los restos de la pareja del anterior Alfa líder, Cady’

Exacto.

‘Eso es saltarse más de una regla, además de irrespetuoso es algo que haría un lobo malo, sinceramente...’

— ¿Sinceramente?

Una sonrisa se curva en mis labios mientras acomodo todo y expando la manta dejando un cesto con los aperitivos. Chiara alarmada me dice que eso podría molestarle a Ery y que debería consultarle primero.

Entonces miro la lápida, las palabras Shätzchen así como su epitafio. Ery y yo hemos dicho nuestros secretos más íntimos en este lugar. Me acomodo frente a ella y le hago una reverencia respetuosa, será mi único acto bueno hoy.

—Nuevamente me encuentro aquí, Gudrun Shätzchen. Sé que es una petición extraña pero… ¿Puedo ser una chica mala hoy?

 Hoy voy a romper algunas reglas con su hijo, mi nuevo mejor amigo ¡Voy a ser una chica mala!

Maika Maese

¡Saludos a todos! Este capítulo Cady explica desde sus propios recuerdos como comenzó a volverse más fría con su "jefe" así como el que una de sus historias la escribió con el hígado (y corazón) para deshacerse de sus noches de insomnio. Pero escribir de ello como una forma de desquitarse así como el fracaso de ventas, fue una caída muy grande para ella. Esta parte de su historia es importante aunque parezca relleno pues será clave en los sentimientos que nacen en Cady y su problema para aceptarlos.

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