Capítulo 58- El Lugar donde debo estar Parte 6

Nuevamente me encuentro en un hospital juntando las manos y rezando por conseguir un poco más de tiempo para mi abuela.

Después de verme con el señor Eardwulf, quien solo me había abrazado como consuelo cuando acepté que he hecho mal a mis amigos todo este tiempo, ella tosió sangre…

—Pobre Candy, estás tan sola…—Dice el señor Collins quien me cubre con sus brazos sin embargo no me hace sentir mejor ni un poco—Dijo el Doctor Hayes que es debido a que su salud siempre ha sido muy delicada, la menor agitación la hará empeorar en su enfermedad.

Habla de manera delicada y amable pero mi sentido de alerta es demasiado grande. Quiero vomitar…

— ¿Es usted familiar de la paciente?

—Sí, soy yo.

—Necesito comentarle esto en privado, por favor de este lado.

El señor Collins también me sigue, parece no querer dejarme sola ni siquiera para hablar con el medico de un hospital.

—Señorita…

—Beckham. Soy la nieta de Marigold Beckham.

—Esto que le voy a decir es delicado.

— ¿Cuánto tiempo le queda de vida? —Digo sin rodeos.

—Por los análisis parece que le queda cuando mucho un año de vida, dos si sigue el tratamiento adecuado. No recomiendo cirugía debido a su edad ya que eso podría disminuir sus defensas.

— ¿No hay nada que pueda hacer para aumentar esa esperanza de vida, Doctor Hayes? —Dice el señor Collins sin soltarme de los hombros.

—Lo siento.

—Pero si hay una manera de que ese tiempo que le queda no disminuya abruptamente ¿no es así?

—Así es. Una vida tranquila sin agitaciones ni situaciones que alteren sus emociones puede mantenerle un poco más.

— ¿Escuchaste eso, Candy? No debes alterar a la señora Marigold.

Aunque sus palabras parecen amables no puedo evitar sentir cierto tono agresivo entre ellas.

 —Abuela… —En cuanto entro a su sala VIP ella ni siquiera se gira para mirarme dirigiendo su atención a un punto ciego en la pared.

—El señor Collins dijo que tolerará tu comportamiento vergonzoso de hoy. Incluso pasará por alto que hayas abrazado a ese hombre malo estando comprometida.

—Si…

—No volverás a verlo nunca más— finalmente voltea a verme— ¿Quedó claro?

—Sí, abuela.

—Vendrás a vivir a mi casa. Hoy será la última noche que te quedarás con esa mala influencia de amiga que tienes—abro los ojos con sorpresa— No me importa si su padre pagó una parte de las cuentas del hospital. Esa niña es un desastre.

—Abuela, Sarah es mi mejor amiga. Estamos juntas desde hace tanto tiempo, es casi una hermana para mí. Asistimos juntas finalizando la primaria e iniciando la secundaria desde sexto grado.

—Una mujer casada solo tiene tiempo para atender a su esposo. Ya basta de juegos, Cadenza. Ya no eres una jovencita soltera.

Quisiera refutar algo pero el menor disgusto podría…

—Además es afuera del departamento donde ese mal hombre te ha estado buscando.

—El señor Eardwulf no es…

— ¡Es un mal hombre, Cadenza! —Se lleva la mano al pecho y trato de sostenerla cuando se inclina—No me toques… no quiero ver cómo arruinas tu vida con esa copia de tu padre.

—….. —Ni siquiera puedo defender al señor Eardwulf de esa acusación falsa sin alterar más a mi abuela con consecuencias graves.

Ella me mira molesta mientras me tapo la boca sintiéndome impotente. Luego ella suaviza la mirada y alarga el brazo para que me acerque de nuevo.

—Ya perdí a tu madre, Cadenza. Un mal hombre le arrebató sus sueños y consumió su vida, no quiero que te suceda lo mismo —Ella me acaricia la cabeza mientras la abrazo temblorosa.

—Perdona, abuela. Prometo que no volveré a preocuparte.

—Eres una buena niña, pero eres demasiado ingenua. Te has dejado seducir por ese lobo en piel de cordero olvidando todo lo malo que te hizo en el pasado.

—No volverá a pasar, lo juro…

—No me lo jures a mí—hace una pausa— júralo a tu marido.

Deja de acariciar mi cabeza y unas manos grandes que me causan escalofríos me toman por los hombros.

—No se preocupe, señora Marigold. Ella ya aprendió la lección ¿no es así, Candy?

Asiento mientras me siento cada vez más pequeña como si hubiera hecho algo terrible.

***

El camino a mi departamento es incómido y gélido,  me acompaña en el automóvil el señor Collins. Mientras observo el anillo en mi dedo no puedo evitar sentir una opresión en el pecho como si estuviera traicionando a alguien muy importante

No tengo idea de quién es, no conozco a nadie así en mi vida.

—Escuché lo que dijo tu abuela. Es la última noche para ti en ese departamento. —Dice el señor Collins mirando al frente mientras maneja— Por la mañana iré por ti, vamos a la boutique, te probarás el vestido que seleccioné para ti.

Veo por el lado de la ventana, incluso en mis sueños nadie me había hablado de manera “amable” como si fuera una orden y un regaño a la vez. Ni siquiera el señor Eardwulf.

— ¿Por qué no respondes?

—Señor Collins, no creo que pueda casarme con usted---

El automóvil hace un movimiento violento y se derrapa por la calle hasta que ese hombre pisa el freno con bruquedad. Mi corazón late con fuerza.

— ¿Qué has dicho?

—Dije que no creo que pueda---

—Entiendo que quieras seguir siendo libre, Candy. Entonces no hay más que hacer, lo cancelaré…

Suspiro de alivio, pensé que se lo tomaría a mal…

—Pero, me pregunto cómo lo tomará la delicada señora Marigold.

Siento como mi piel palidece al mencionar a mi abuela.

—Espero que el disgusto no sea tan grande como para---

— ¡Lo haré, me casaré! —Digo con una voz que creo decidida y firme— Por favor no le diga a mi abuela.

— ¿Entonces mañana vendrás?

—Sí, señor Collins.

Pensé que tenía la oportunidad de mejorar mi vida con respecto a lo que vi en mis sueños, morir a los 24 años sufriendo la pérdida de mi abuela, arrepintiéndome cada minuto por todo lo que no hice. Renuncié a ser escritora con el mismo propósito ¿entonces por qué no soy feliz con estas decisiones?

Me liberé de aquel que fue mi tormento por al menos tres años y aunque desearía ir con él, admitirle que quisiera regresar a escribir recuerdo a mi abuela mirándome con decepción por primera vez en mi vida.

Cuando finalmente llegamos al departamento abro la puerta para salir, en ese preciso momento el señor Collins me jala del brazo y me besa.

Para ser nuestro primer beso es horrible, me aprieta por la nuca con fuerza y sus labios son duros y toscos. Me obliga con sus movimientos bruscos a abrir la boca y me inserta la lengua. Quiero empujarlo pero mi cuerpo tiembla y no siento las fuerzas para empujarlo a pesar del desagrado que siento.

En cuanto me suelta, el estado de alerta en mi cuerpo es tal que tengo la piel de gallina, mi respiración se agita como si fuera asma y me provoca las ganas de vomitar.

—Entonces hasta mañana.

Disimulo todo lo que puedo, fuerzo una sonrisa y camino hacia atrás tambaleándome.

En cuanto veo que el automóvil se ha alejado, corro hasta el basurero afuera del complejo departamental y vomito, no sale nada por mi boca aunque tengo esa sensación de nauseas. Me tallo la piel y los labios me siento sucia.

 A duras penas logro abrir la puerta del edificio y entrar al departamento.

Ahí está Sarah, con otro sabor de helado en las manos y una apariencia descuidada. Ella ama mucho a Josh… de verdad le ha afectado demasiado y aun así me eligió a mí sobre su propia felicidad.

Dejo el pomo de la puerta y sin cerrar siquiera corro a ella y le abrazo con fuerza.

Ella fue capaz de dejar lo que más ama con tal de no desampararme a mí, siempre ha pensado en mí primero, me maquilló cuando salimos esperando que conociera a alguien y pueda liberarme de mi androfobia.

—Perdóname, Sherezarah. Yo también quiero que seas feliz.

***

Después de contarle que me voy a casar, Sarah se emocionó mucho, tanto que por un momento dejó de lado sus propios problemas.

— ¡Me alegro tanto por ti, Cady Cad! ¡Ya sabía que lo tuyo con tu jefe iba a florecer algún día, aunque me sorprende que se hayan saltado el noviazgo y fueran directo al matrimonio!

— ¡No, cómo crees! —Niego avergonzada— No me voy a casar con el señor Eardwulf, es con el socio de mi padre.

— ¡¿De tu padre?! ¡Cady Cad, no puedes ser más idiota!

Ella preocupada por mí me reprocha y dice que alguien cercano a mi padre no puede ser una buena persona, sin embargo la tranquilizo al contarle todo lo que hizo por mi abuela.

— ¿Entonces conociste a un príncipe encantador?

—…supongo— digo evitando decirle algunos detalles.

—Seguramente cuando lo sepa tu jefe quedará devastado. Siempre pensé que había algo entre ustedes.

— ¿Tú crees? —Digo acomodándome un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Claro, después de todo se conocen desde… —Se tapa la boca— pero eso ya no tiene importancia si ya te has enamorado de alguien como Collins.

¿Enamorarme? Para nada, en realidad he aceptado porque es lo que desea mi abuela.

—Si… amor… yupi— Digo con una falsa felicidad.

—Hmmm… no me parece que seas muy feliz.

— ¡Claro que lo soy! ¡Mi abuela está viva y eso es lo que más cuenta! Ella quiere bisnietos pronto y es su mayor deseo verme casada.

— ¡Entonces no te casas por amor sino presión, Cady Cad!

Cuando Sarah se molesta puede ser salvaje y brutalmente honesta. Y su mirada refleja más que molestia preocupación.

—Sé lo que hago, Sherezarah. Te prometo que no es una decisión que haya tomado a la ligera.

Sarah me observa en silencio con su mirada juzgando de arriba abajo hasta que esboza una sonrisa.

—Entonces felicidades. —Me abraza con fuerza y rodeo mis brazos mientras cierro los ojos.

No le he dicho que me voy a mudar, creo que jamás tendré las agallas de decírselo así que me trago esa noticia para mí misma.  Sarah saca su kit de manicura y me pide que tengamos una noche de chicas  pintando y arreglando nuestras uñas. Es la última noche así que no me negaré a convivir con ella.

Las dos acomodamos almohadas y cojines como solíamos hacer en la secundaria y la preparatoria, llenándonos de chismes, sincerandonos la una con la otra.

— ¿Entonces ya se han besado?

—Si—digo omitiendo que acaba de pasar hoy y fue algo asqueroso.

— ¡Qué maravilla! ¡Seguro hasta se te ha quitado tu fobia con un buen hombre atento como un príncipe que te colma de detalles!

—Algo así…

—Es curioso porque por mucho tiempo creí que la primera en casarse sería yo.

Las dos nos quedamos calladas, sé perfectamente quién es el novio imaginario.

—Sobre eso, Sarah. Creo que deberías hablar con él.

—Tonterías. Ya te dije que no volvería con alguien frívolo que no te quiera como yo— estira sus piernas y disimula sus sentimientos viendo sus uñas de los pies recién pintadas.

—Hablé con él. Me dijo por qué terminaron. —Uno de los esmaltes cae y se derrama sobre el tapete.

— ¡¿Por qué hiciste eso?!

—Porque te quiero y no puedo soportar verte sufrir, Sherry.

— ¡No me llames como ese imbécil solía llamarme!  

—Habla con él. —Le digo con firmeza.

—No lo haré, Cady Cad.

Suspiro hondo. Solo hay una forma de quitarle esa obstinación suya.

—El señor Eardwulf me pidió matrimonio cuando renuncié.—Digo imitando un cierre en la boca.

— ¡¿Qué?! ¡¡Eso jamás me lo contaste!! —Sarah abre la boca asombrada y sus ojos se iluminan por primera vez en semanas con ese chisme— ¡Cuéntame todo!

—Si quieres más detalles entonces ve y habla con Bury.—Hago de nuevo como si llevara una cremallera en la boca.

—Si crees que voy a rebajarme y hablar con ese soquete solo para enterarme de los detalles jugosos de semejante bomba de chisme estas… ¡En lo correcto!

Ella da vueltas revoloteando por todo el departamento con gran emoción exclamando un “Lo sabía”

— ¡Es una promesa! ¡Me tienes que contar absolutamente todo después!

—Sí, claro.

—Dime aunque sea un adelanto chiquito y jugoso ¿sí? — Me sonríe como una niña pequeña y niego con la cabeza mientras me hace ojos de perrito.

—En realidad me lo ha pedido más de una vez. — Digo con aire misterioso, Sarah se tapa la boca y ahoga un grito emocionado— La primera vez le dije que no y le aventé mis zapatos.

Sarah no puede contener más su emoción y escribe en su teléfono.

—Este chisme no puede esperar más… ¡ahora mismo me contacto con el sorbete y debes contarme sin callar nada!

—Tranquila, Sherry. Puedes hacerlo mañana.

— ¡Ah, cómo voy a poder dormir con semejante bomba en las entrañas!

La reacción de Sarah me divierte y no puedo evitar reírme.

Si le hubiera contado antes tal vez estaría mucho más animada, debí insistirle en lugar de dejarla sufrir sola. Al final acabé diciendole todo bajo la promesa de que ella tambien hará algo con Bury. 

—Es una lástima que haya terminado así, me habría gustado que se dieran el mujeriego y tú una oportunidad.

— ¿Eh? ¿Por qué te agrada más el señor Eardwulf?

—Porque las coincidencias son tan hermosas, Cady Cad.  Las probabilidades de encontrar y enamorarte dos veces de la misma persona ya es algo muy extraño pero tres…

— ¿Tres veces? ¿Quiénes?

—De niños, antes de emanciparte y después de comenzar a trabajar.

— ¿Hablas de alguien en especial?

—Ah, eres tan lenta… En fin. Se lo pierde por dejar pasar tanto tiempo.

Sarah se recuesta de espaldas al sillón y se ríe.

—Quizá lo hayas olvidado. Pero yo no, el día en que hablaste de tu primer amor incluso pensé en los viejos tiempos cuando hablamos de los nombres que nos gustarían para nuestros futuros hijos.

— ¿Ah sí?

—Sí, yo te dije que a mi primogénito me gustaría que le decidas tú el nombre. Y tú ya tenías un nombre que te gustaba.

— ¿Y qué nombre te dije?

— ¡Shawn!

“¿Shawn? ¿No querrás decir Sean?”

— ¿Dijiste algo más, Sarah?

—Solo dije que el nombre que te gustaba para tu primer…

“Shawn”

“¿Es por Shawn M***des?”

“¡Ay por Dios, no!”

En mi cabeza recuerdos que habían quedado como niebla en mi mente comienzan a fluir como un hermoso río.

— “Shawn significa bendecido por Dios… Así que si tuviera un hijo algún día, le daría ese nombre porque quiero que a diferencia de mí, que soy la mala suerte andante, tenga un nombre que le proteja y traiga suerte” —Digo recordando todo finalmente.

— Entonces yo te dije “Si puedes pensar en nombres tan bonitos entonces quiero que tu elijas el nombre de mi primer hijo” —Sherezarah sonríe contenta mientras la visualizo con otra ropa poco común de uso y un gran bulto en su vientre.

—Hershey…

— ¿Dijiste algo, Cady Cad?

—No, solo pensé que eres tal como pensé un personaje en mi novela.

— ¿Una novela? ¡No me digas que volverás a escribir! ¿De qué quieres escribir?

—Ya lo había escrito antes — niego con la cabeza —Una novela de licántropos con contenido erótico.

— ¡Ja, ja, ja, por poco y te creo eso! ¡Sería lo último que escribas!

—No, hablo en serio. Yo escribí una vez una novela así… aunque no por gusto.

En mis sueños que ahora sé que son una extraña mezcla de recuerdos, yo misma de 24 años selecciono el nombre de mi personaje favorito en toda esa historia, el lobo del protagonista masculino. "Los lobos son uno solo con el humano, suelen ser los más inteligentes y sensatos que intentan hacer entrar en razón a su humano." Leí aquello cuidadosamente en un libro, cuando agregué sus primeras líneas me encantó su personaje así que decidí darle el nombre que destinaba para mi primer hijo. Yo nunca podría tener hijos por mi androfobia o veía demasiado lejano un futuro en que me casara. Aun así soñaba con ser madre y formar una familia algún día con un hijo, aunque nunca me pasó por la cabeza el padre de este.

¿Cómo pude olvidarlo? Shawn, era el nombre de ese lobo.

 ***

Después de que Sarah se quedó dormida me sentí inquieta, era imposible cerrar los ojos así que poco antes del alba decidí salir un momento. En unas horas dejaré de ser libre así que quiero algo de tiempo para mí. Es demasiado temprano para encontrar el bar abierto y no tengo su contacto en mi teléfono por lo que es imposible contactarlo.

Aun así, tengo el presentimiento de que él está muy cerca.  No sé exactamente dónde encontrarlo pero lo buscaré. Es el único aquí que podría llamarme loca sin afectarme.

De algun modo el siempre está cuando más le necesito.

En cuanto abro la puerta del edificio veo la figura de esa persona que estoy buscando.

—Señor Eardwulf.

Él se ve tan serio como siempre… No, hay algo que no estaba ahí antes, un par de ojos carmesí brillantes como rubíes.

—¡Shawn! —Digo llevándome las manos a la boca.

 El hombre levanta la comisura de su labio esbozando una pequeña sonrisa y asiente.

—Por fin me recuerdas, Madre.

Maika Maese

¡¿Shawn siempre estuvo ahí?! Cady se pregunta qué es realidad en ese lugar mientras se evita llorar de felicidad al encontrarse con su personaje favorito al que ama como un hijo.

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