Mauricio, mostrando su astucia, captó su idea.\N—Cuando regrese, le pediré a Adrián que te envíe la información de los sirvientes que atendieron a mi abuela.
Tras dar un sorbo a su copa, Mauricio le preguntó:\N—¿Cómo lo manejas?
—Imagina que a los seis años, toda tu familia es quemada viva y cada noche sufres la misma pesadilla, un tormento constante, —replicó Sergio—. ¿Crees que sería fácil?
» Desde que ella asesinó a mi familia y me usó como un peón, no ha habido un día en que mi sed de venganza disminuya.
» Aquel que mata, debe pagar con su vida.
Al oír esto, Mauricio finalmente relajó su ceño fruncido. Tomó la botella y sirvió otra copa a Sergio.
—Ve a los Estados Unidos y averigua si Álvaro nació allí y cómo conoció a Valeria. Siempre he sospechado que tiene algún motivo oculto para estar aquí.
—No voy a ir, —rechazó Sergio de inmediato.
—Eres inteligente. Usa el pretexto de hacer negocios para ir a los Estados Unidos, nadie sospechará, —insistió Mauricio. —Si pudiera ir yo mismo,