Ante las palabras de Egan, Anna no supo si sentirse, aliviada, indignada o si todo junto. Al menos Elizabeth había demostrado tener conciencia, aunque, definitivamente, mantenía la idea de hacerla pagar.

― ¿Crees que la veremos disculparse por primera vez en la vida? ―le preguntó a Egan

―Bueno, pensó en acompañarme porque, al igual que el beta tragón aquí presente, ella confiaba en que ambos vendrían ―

― ¿Y? ―preguntó Dante

―Creo que Elea tiene un instinto de supervivencia muy fuerte ―rio Egan ―Al final, Eli cambió de opinión y dijo que mejor compraría un pastel de chocolate o algo por el estilo, ya saben, como ofrenda de paz ―

Ante tal respuesta, Dante soltó un resoplido y Anna negó con la cabeza.

―Un pastel no bastará para que la perdonemos ―gruñó Dante

―Si acaso la pastelería entera ―masculló Anna cruzándose de brazos

―Oh, vamos, no sean tan duros con ella ―intervino Lysander, quien se había recargado contra la puerta de la camioneta ―Además, alfa, ahora que son amiguis de Bruno, e