―Si, bueno, si el vigilante tiene la paciencia y el tiempo para ver resultados, entonces cuenta conmigo mi querido hermano ―rio Arioch ― ¿Es necesario que te recuerde que esa búsqueda me tomó más de doce años? Y, por cierto, jamás la encontré sino hasta sus dieciséis años que apareció en una revista como la hija heredera de la familia Moretti ―

―Eso puede ser verdad, sin embargo, tu búsqueda sólo se entorpeció porque tres idiotas estaban en tu camino, esta vez, tienes la vía libre ―

―Vamos Max, esa niña tiene que estar al cuidado de alguien, esa bruja la quería para algo, encontrarla no será fácil ―señaló Arioch

―Cierto, sin embargo, con la madre fuera del mapa, recemos porque el tutor no quiera verse metido en líos con la corona licántropa ―dijo Máximus con aire pensativo ―Y dado a que el padre también está muerto a manos de nada más y nada menos que mi hijo, creo que podría ser un buen momento para hablar con esas odiosas criaturas ―

―Diosa, Max… ¿Quieres hablar con Alaric? ―pregunt