Capítulo 8.2: Autora de una leyenda.
―No estoy insinuando nada, lo estoy afirmando ―respondió ella sin titubear ―Honestamente, creo que a estas alturas debemos hablar del elefante en la sala, ya lo hemos ignorado el tiempo suficiente ―
― ¿Qué estás sugiriendo Atenea? ―preguntó Bastián
―Sugiere que sigamos escuchando a los hechiceros ―dijo Lancelot negando con desaprobación
― ¿Hablas de aquello que mencionó Samael? ¿Eso de que el supuesto lobo sagrado estaba entre nosotros? ―masculló Iktan, a lo que Atenea asintió
―Si el Lobo Milenario realmente ha renacido, tal y como dijo él, entonces es nuestro deber como el consejo real protegerlo, guiarlo ―respondió ella clavando sus ojos en Máximus ―La leyenda dice que, una vez que su poder despierte tras haber encontrado a su compañera, su poder será una de las fuerzas más increíbles de nuestra raza, y si no lo protegemos, incluso de él, de su caos naciente, me temo que podríamos perderlo todo ―
― ¿Y si esa leyenda no es nada más que un eco de esperanza de alguna guerra pasada? ―pr