Capítulo 6.4: El ego del hechicero.
―Sí, pero ese entusiasmo podría ser peligroso ―dijo Anna negando con la cabeza ―Sandy, ¿podrías encargarte de que Marianne sea discreta? ―le pidió a la joven antes de ponerse su anillo
―Si mi señora, por supuesto ―dijo Sandrine antes de apresurarse a seguir a Marianne
―Entonces… ―suspiró Anna mirando a Zeth ― ¿A dónde vamos? ―preguntó tomando el paquete de galletas que Sandrine había llevado ―Pensé que no podíamos salir del palacio ―
―No podemos, pero, como dije, saldremos con Arioch y Mendel, iremos a “inspeccionar” las mansiones de los alfas ―
― ¿Las del alfa Pavel, Argenis y Blake? ―preguntó al recordar que eran los únicos invitados que tenían una residencia en Arcadia
―Sí, empezaremos con el alfa Pavel, y después con el alfa Blake, espero que con eso a Gael le dé tiempo de hacer el conjuro glamour y a mi tío a volver a la residencia ―
―Oh, ¿ya hablaron? ―preguntó Anna sintiéndose aliviada por ello
―Sí, después de que saqué a Varena del ala suroeste, llamé a Argenis a mi oficina y