Capítulo 6.4: Ciruela y rocío.
Si algo nuevo y sobrenatural los estaba acechando, separarse sería un error.
Cuando el ascensor se detuvo Rosaly los guio hasta la sala de juntas privada, no sin antes detenerse en una habitación de descanso donde Boreas entró para que Bruno pudiese cambiarse.
Al llegar a la oficina, Anna se dirigió directamente al ventanal, cuya vista, daba directamente al palacio de Interlunio que continuaba en reparaciones.
“Aun así, sigue siendo hermoso” ―susurró Anna
Como aún debían esperar por Máximus, Alastor, Arioch y Basil, Rosaly les ofreció algo de comer, Dante, sin embargo, pidió sólo café, Anna, por su parte, pidió un desayuno, y Jared, bueno, él decidió imitar a su amiga.
― ¿Qué? ―preguntó Anna al notar que Dante la observaba con sorpresa
― ¿Enserio tienes hambre? ―
―Bueno, no se puede luchar con una fuerza invisible con el estómago vacío ―respondió Anna encogiéndose de hombros antes de sentarse a su lado
―La apoyo en eso ―suspiró Jared ―Incluso pensar es complicado ―
― ¿Enserio? ―pregun