Capítulo 4.5: Una muy mala broma.
» Esa misma noche en Interlunio, varios minutos antes. «
En silencio, Anna y Armin observaban la puerta abierta de lo que era una habitación, donde, hacia sólo nos segundos, había estado el portal vinculado a Aeris, por donde Dante y Alastor, habían desaparecido sin dejar rastro alguno, alejándose así, del caos del palacio.
―Debemos salir de aquí, preciosa… ―le dijo Armin con voz queda a Anna al mismo tiempo que intentaba tirar de ella
―Lo sé, pero quiero hacer algo ―dijo Anna tallando sus ojos suavemente ― ¿Tomaste las pociones? ―
―Sí, ¿por qué lo preguntas? ―
―Quiero desordenar un poco…―
Al girarse hacia la oficina de Mendel, el resto de las palabras de la joven se atoraron en su garganta, pues, justo frente a sus ojos, agazapado en un rincón, se encontraba su propio hermano.
― ¿¡Ares?! ―exclamó Anna antes de correr hacia la oficina de Mendel ― ¡Mier da! ―exclamó al ver como todos los pergaminos que ella y Dante habían reunido, se agitaban violentamente ―Tenemos que irnos ―dijo suje