Tras el banquete, la cabaña del lago quedó impregnada de memorias que tardarían en desvanecerse. Las risas, los brindis, las canciones y los reencuentros tejieron una noche que, para muchos, marcaba el inicio de una nueva era.

Aquella noche, Anna y Connor cantaron hasta que Charles les indicó que era suficiente, pues ambos, tendrían presentaciones muy importantes en los días siguientes, por lo que no podían darse el lujo de perder la voz.

Aprovechando la situación, Gabrielle y Jared se colocaron bajo los reflectores y se convirtieron en las estrellas de la noche.

Dante, tras lo sucedido detrás de la cabaña, volvió al banquete con aire cansado y más callado. Lo que la espada le había mostrado, el encuentro con quien él estaba convencido era Darién y las palabras que este le había dicho, lo habían dejado completamente agotado, Pese a eso, el joven alfa intentó actuar con normalidad, reusándose a preocupar a su compañera y a su gente.

Máximus e Idylla, si bien no habían presenciado lo oc