Con una suave y traviesa risita, la mujer asintió.

―Algo escuché ―murmuró antes a unirse a los aplausos justo después de que Eleonor terminara de recitar su juramento y el aura de aceptación cubriera su cuerpo

―Muy bien, ahora que toda mi familia ha regresado los reflectores, creo que ha llegado la hora de darle la oportunidad al resto ―dijo Alastor señalando el espacio libre junto a Anna y Dante ―Por favor, hagan una fila ordenada junto a mi hija y al alfa Dante. Después, pasen uno por uno, excepto los cachorros, ustedes pasen con sus padres por favor ―

Aquella petición, fue dada principalmente para las familias de soldados que se habían unido a la manada de manera provisional tras el ataque a Niebla Profunda, y que, tras la guerra de Arcadia, habían decidido quedarse en la manada.

Sin contratiempos, la ceremonia se produjo y concluyó con el juramento de Sandrine, quien juró lealtad a sus alfas, pero, sobre todo, a su Luna y princesa, Anna Nicolaou.

Tras aquello, Alastor continuó su