Capítulo 23.5: Segundas oportunidades.
Ante las palabras de Arioch, Alastor no pudo evitar mostrarse sorprendido, sin embargo, al ver la decisión en los ojos de sus dos tíos, pronto una sonrisa comprensiva se dibujó en su rostro.
―Entonces… ¿Han tomado una decisión? ―preguntó con calma
―Sí ―respondieron ambos con seguridad
―Yo… la verdad es que necesito algo de tiempo lejos de Arcadia ―admitió Arioch con un tinte de tristeza en su voz ―Hay cosas que necesito superar y sé que sólo lo lograré estando lejos de la isla. Es por eso por lo que, si tu gente me acepta, me gustaría unirme a esta manada y cumplir aquí con la condena que el sagrado consejo me impuso ―
― ¿Qué dicen? ―preguntó Alastor mirando a su gente ― ¿Puede quedarse? ―
― ¡Claro que sí! ―respondió un lobo ―Nuestras manadas siempre se han caracterizado por dar segundas oportunidades a todo aquel que lo pida ¿verdad, gente?
― ¡Sí! ―exclamaron varios lobos a la vez
―Además, ahora que POR FIN nos unimos, esa oportunidad se tiene que duplicar ―señaló un lobo utilizando