Notando la angustia y el cansancio en los ojos de su hija, Alastor suspiró, abandonó su vaso sobre la mesita de café y colocó su mano sobre la rodilla de Anna.

―Aunque todo parece apuntar a que Gael tiene razón, ambos deben de saber que no estarán solos en esta travesía ―dijo alzando la mirada en dirección de Dante ―Todos los estaremos apoyando ―

―Toda la familia real estará con ustedes ―agregó Máximus antes de mirar a su hermano, quien asintió con seguridad

―Incluso, los sagrados aquelarres protectores estarán con ustedes ―señaló Chloe

―Si el problema es una criatura híbrida, estoy convencido que hasta las sanguijuelas lideradas por Alaric nos apoyarán ―gruñó Gael ―Son los primeros en estar en contra de algo tan “impuro” ―

― ¿Están pensando contactar con Alaric? ―preguntó Arioch con sorpresa, pues aquella misma tarde, Máximus había sugerido lo mismo ― ¿Todo por una bebé? ―

―Es más complicado que eso ―suspiró Alastor antes de tomar su vaso de whisky nuevamente ―Lo entenderán cuando le