Capítulo 11.5: Una tercera pieza.
Por otro lado, Emmet y Gael inspeccionaban una pequeña habitación de descanso dónde sólo había una cama individual bien tendida, un armario viejo de madera y un triste escritorio que, al parecer, iluminaba su superficie gracias a una vela negra que estaba a medio consumir.
― ¿Crees que ella vivía aquí? ―le preguntó Gael a su compañero mientras revisaba los cajones del escritorio
―No ―respondió Emmet ―Según se nos informó, Tabatha vivía en Khaliz y que, además, la mayor parte del tiempo estaba fuera de la isla ―
―Disque buscando a mi estrellita mientras se revolcaba con la sanguijuela voladora ―murmuró Gael con rencor tomando la vela tras comprobar que esta no tenía ningún grabado o residuo mágico ― ¿Crees que alguien más vivía aquí? ―
―Sí ―suspiró Emmet cerrando las puertas del armario con decepción al no encontrar nada útil ―Lo que pasó en el recuerdo de Dante sucedió demasiado rápido, alguien debió ayudarla a preparar todo, alguien con un vínculo lobuno para poder hablar mentalmente