Capítulo 1.2: Ten fe.
― “Sí, lo que pasó fue que la reina hizo valer tus órdenes” ―respondió Dante ― “Le dijo que, si no se alejaba de Anya tal y como lo habías ordenado, ella misma se lo informaría a su excelencia, y le aseguró que odiaría estar en sus zapatos, teniendo en cuenta el mal humor que ha tenido estos últimos días, después de esas palabras, el muy idiota soltó una palabrota y se marchó” ―
― “Me hubiese gustado verlo” ―dijo Zeth con voz jocosa ― “Creo que ha comenzado a temer que su propio perro se suelte de la correa y le muerda la mano”
― “Te puedo asegurar que hay mucha verdad en esa oración” ―
― ¡Zeth! ―lo llamó Anna, lo cual, provocó que Dante y Zeth terminaran su conversación
―Buenos días linda ―la saludó Zeth al acercarse a ella ―Lamento llegar tarde majestad ―se disculpó el joven dedicándole una pequeña reverencia a Idylla
―No te preocupes Zeth, sé que has tenido que lidiar con muchas cosas estos últimos días ―dijo Idylla haciéndole un gesto a Marianne para que le sirviera café al joven