"Yo se que fue por mi que acabo esta historia y queda en manos de mi memoria que por las noches te pueda ver..."
Oshin Itreque
El aullido de los demonios resonaba a lo lejos, pero me sentía atrapado en mi propia desesperación. No podía dejar que Roderick viera más de esto, no podía permitir que él sufriera más. Mientras corría, esquivando los combates cercanos, el peso de su pequeño cuerpo aferrado a mi pelaje era lo único que me mantenía firme. Su pequeño cuerpo temblaba con cada sollozo, y mi corazón se encogía, deseando con todas mis fuerzas que esto no fuera real. Quería gritar, reclamar, pero no podía. No podía hacer nada más que seguir adelante, hacia la batalla, hacia el caos que parecía no tener fin.
El suelo bajo mis patas vibraba con la fuerza de los ataques, pero el verdadero golpe llegó cuando uno de los demonios me arrojó al suelo, con una fuerza brutal que me dejó sin aliento. Cada giro que di, cada vuelta en el aire, sentí cómo la tierra se estrellaba contra mi cuerpo