Oshin Itreque
Me removí de nuevo en la cama. No podía dormir.
Daba vueltas una y otra vez, hundido en la incomodidad de las sábanas frías y el vacío a mi lado. Mis brazos buscaban instintivamente su calor, pero solo encontraban aire.
La extrañaba tanto… Su ausencia se sentía como un hueco abierto en el pecho. A pesar de que solo fueron dos semanas las que durmió conmigo, me acostumbré demasiado a su presencia, a la forma en que su cuerpo encajaba contra el mío, a la cadencia pausada de su respiración cuando dormía sobre mi pecho.
Recordaba cada detalle.
El modo en que se aferraba a mí, buscando seguridad incluso en sueños. Sus suspiros suaves cuando deslizaba los dedos por su cabello lacio, enredando los mechones entre mis manos como si pudiera atrapar el tiempo con cada caricia. La manera en que, a veces, me miraba con un dejo de duda antes de cerrar los ojos, como si en el fondo temiera que todo se desvaneciera al amanecer.
Y ahora, en esta maldita soledad, sentía como si de ve