24. COMO LUNA DE MIEL.
Por primera vez en todo este tiempo, cuando Verónica salió de su habitación, el desayuno estaba listo, pero también estaba Alexander. Por primera vez desayunarían juntos. Verónica sintió un poco de incomodidad, todo parece ir demasiado rápido pero a la vez muy lento. Después de todo llevan un año casados.
— Buenos días —saludó Alexander vestido solo con el pantalón de pijama.
Verónica lo repasó suavemente— Buenos días.
Verónica tomó asiento donde estaba colocado su plato y la taza de café. Ambos se dieron miradas sin saber que es lo que tenían que hacer.
Verónica había pasado toda su vida metida en el estudio. Mientras que Alexander nunca tuvo tiempo de sobra con la empresa que iba a herederar. Ninguno de los dos tiene experiencias como esta, Alexander nunca pasó demasiado tiempo con Ana.
— ¿ Vas a trabajar hoy? –preguntó Alexander sin querer sentarse. Había notado las miradas de Verónica, quería que Verónica lo siguiera viendo.
— Desde casa, un rato –fue la corta res