Tu cabeza como tributo.
—Como tu compañero destinado —respondió Derek, seguro—, puedo controlar con mi poder cada cambio en tu cuerpo.
Ella se quedó pensativa.
—¿Eso quiere decir que no podrás alejarte de mí ni un solo instante? ¿Que no podré volver al trabajo? —protestó con una mueca—. Derek, ser luna y todo lo que conlleva está bien, pero también me gustaba mi antigua vida. Anhelo volver al laboratorio.
Derek sonrió como quien ya tenía dos planes en la manga.
—Mi pequeña —dijo—, ya he ordenado construir un laboratorio para ti en la parte trasera de esta mansión. Vas a seguir trabajando; debes mantener a flote tu investigación. Lioran seguirá como CEO por ahora, pero cuando aprendas a gestionar todo, podrás asumir el puesto.
La noticia la dejó sin aliento; por un momento creyó que era imposible y, al mismo tiempo, tentador.
Volvió a agitar las manos y a negar con la cabeza.
—¿CEO? ¿Yo? —dijo, con incredulidad y vergüenza—. ¿No depositas demasiada esperanza en mí? Mejor hacemos un contrato de transferencia