Roces y susurros.
—Eres demasiado caballero.
—Pero sin armadura —bromeó él.
Ella, más tranquila, se echó a reír, y Lioran notó cómo ese sonido despertaba algo profundo en él, un calor que no sentía desde hacía siglos.
Caminaron a la posada cercana, sus pasos sincronizados como si ya existiera una conexión invisible entre ellos.
—¿Desde hace mucho que conoces a Scarlet?
Lioran negó con la cabeza.
—No, pero ella es todo para Derek.
—¿Y eso es importante para ti?
—Derek, más que mi jefe, es mi familia; ahora Scarlet también lo es.
—¿Y si te hubiera caído mal? Ella no siempre es fácil, de hecho, es bastante obstinada.
—También es leal, un poco ingenua, y tiende a meterse en problemas.
Paola se echó a reír suavemente, creando un sonido que Lioran sintió recorrerle la espalda y acelerar el pulso.
—Sí, eso suena a Scarlet.
—Y tú eres importante para Scarlet; estás segura conmigo.
—¿También soy tu familia entonces?
—Podrías ser más que eso.
Paola miró sus pies, y Lioran, sin poder evitarlo, deseó acariciar sus