El ritual con la luna ingenua.
En un llano del bosque, alejado de las magníficas edificaciones de la manada, se extendía un escenario tan perfecto que parecía sacado de un sueño.
Todo estaba decorado con precisión casi irreal, mesas rústicas, guirnaldas tejidas con flores y ramas que caían en cascadas, dándole un aire como esas bodas humanas al aire libre. Pero lo que realmente destacaba era el altar, ya que había una imponente roca grabada con runas antiguas, el mismo lugar donde, según la leyenda de los hombres lobos, la diosa había creado su primer vínculo con el lobo primordial.
No cualquiera tenía el privilegio de unirse allí a su compañero… y todos lo sabían.
La expectación era densa. Lobos de distintas manadas se habían congregado, aguardando el inicio de la ceremonia espiritual entre su rey y la luna destinada. Pero los minutos corrían, y Scarlet… no aparecía.
Derek caminaba alrededor del altar como una fiera enjaulada, sus botas marcaban un compás de ansiedad sobre el pasto verde. A cada vuelta, su mandí