El beso del Alfa.
Leo palideció más. Sus ojos buscaron a Zhana.
Ella sonreía, de una forma traviesa, de quien acaba de detonar un escándalo… y está disfrutando cada segundo.
—¡Zhana… tú… tú…! ¡Desgraciada! —rugió Leo, mientras salía corriendo al interior de la casa con una mano en la panza y la otra apretada en el trasero, intentando no hacerse encima delante de todos.
Zhana alzó una llave en dirección a Scarlet.
—¡Amiga, tú cásate tranquila, que esa lombriz no va a infectar tu baño!
Los invitados estallaron en carcajadas.
Derek, aún contenido en su postura elegante, le levantó el pulgar a Zhana con una sonrisa cómplice.
En su mente, Yeho soltó un rugido divertido:
#Ella cumplió todos mis requisitos para ser parte de nuestra manada. Aunque no lo sepa… y aunque nunca haya olido a uno de nosotros, lo es. Tiene el alma salvaje. La lengua afilada. Y el corazón en el lugar correcto.#
Derek no pudo estar más de acuerdo.
Zhana era bienvenida entre los suyos, incluso si no tenía colmillos ni pelaje. Porque er