De nerd a reina.
—No eres un súcubo. Y si lo fueras… nunca dañarías a mi gente, de eso estoy seguro— le dijo Derek firme, e inquebrantable—. La diosa jamás habría ligado mi alma a la de una luna capaz de destruir. Así como sufres ahora por la muerte de nuestro bebé, sufrirías igual si a cualquier hombre lobo le ocurriera algo.
Derek la sostuvo por los hombros, como si quisiera grabar sus palabras en ella.
—La luna de lunas es la madre de toda la especie. Aunque ahora tu conexión es débil, pronto verás cómo podrás percibir las emociones de todos. Y cuando te reúnas con las lunas de las demás manadas, en asambleas o consejos… notarás lo que te estoy diciendo.
Scarlet abrió los ojos como platos, como si le hubieran dicho que debía enfrentarse a un dragón.
—¿¡Qué reuniones y asambleas!? —exclamó, llevándose la mano a la frente.
Derek arqueó una ceja, divertido con su reacción.
—Amada esposa… —remarcó con picardía—. Como reina, tienes funciones. Tan pronto sepas qué eres y te recuperes, lo recomendable es