Rosa no parecía sorprendida.
—Lo esperaba. De verdad lo esperaba. En serio pensé que David era su hijo. No me sorprende ni un poco.
Juanita negó con la cabeza y se sentó. Cuando había visto el asombroso parecido que David tenía con Leonardo, pensó que era una coincidencia. Por eso quiso hacer una prueba de ADN para estar segura. No esperaba que los resultados salieran positivos. Era demasiado para soportarlo.
Leonardo no solo había mentido, engañado y manipulado durante seis años—tenía un hijo. Un hijo que le había ocultado.
¿Y la madre de ese niño? La misma mujer que había arruinado su primer matrimonio. No solo destruyó todo lo que ella valoraba, sino que además se hizo pasar por su salvador—el hombre que la rescató y le dio una vida mejor. Pero todos esos años, la había estado matando lentamente por dentro.
—¿Tan despiadado fue, eh? Ya ni siquiera puedo preguntar por qué hizo lo que hizo, Rosa. Estoy destrozada —Juanita se cubrió el rostro con las manos mientras las lágrimas corría