24. El director ejecutivo bajo el paraguas de la lluvia
Camila
Pude ver cómo el rostro de Frans se tensaba lentamente. Había una mirada de incredulidad que no podía ocultar, como si acabara de descubrir algo mucho más importante que el drama de perder a su perro.
—¿Directora general? —repitió, esta vez en voz más baja, con un temblor nervioso en la voz. Incluso su postura se volvió ligeramente rígida.
Asentí de nuevo, tratando de mantener una expresión tranquila. Nunca me sentía cómoda cuando se mencionaba mi estatus social de esa manera.
El señor John se dio unas palmaditas suaves en el traje mojado, tratando de recuperar la compostura.
—Así es, La señora Camila es la directora general de la empresa donde trabajo, Frans —aclaró John de nuevo.
Frans parecía difícil de interpretar. Estaba entre sorprendido, avergonzado y tal vez sintiéndose un poco estúpido por haber sido tan informal conmigo todo este tiempo. Tosí suavemente, tratando de romper la atmósfera repentinamente tensa.
—Entonces, ¿el señor John es tu tío de Indonesia? Al fin y al