El ambiente en la biblioteca se había transformado tras el anuncio del "regalo" de Cliffside Manor. Donde antes había una tensión disimulada bajo capas de cortesía, ahora se respiraba una electricidad diferente, cargada de las implicaciones que todos los presentes comprendían demasiado bien. Alexander estaba inmerso en una discusión con un grupo de hombres de negocios de rostros severos, su postura erguida y su tono medido eran la imagen misma del CEO en control. Sin embargo, Olivia, que había aprendido a descifrar su lenguaje corporal, detectaba la rigidez en sus hombros. A pocos metros, Charles y Sebastian formaban el núcleo de otro círculo, sus risas un tanto demasiado estridentes, sus copas de brandy alzadas en brindis que celebraban una victoria que solo ellos parecían considerar definitiva.
Olivia se mantenía al margen, fingiendo interés en los lomos dorados de una colección de enciclopedias. Su mente, sin embargo, estaba muy lejos de allí. Las palabras de Eleanor en el jardín —