Léa
Estoy frente a la ventana, con los ojos perdidos en la vista borrosa de la calle de abajo. Está lloviendo, una vez más. Las gotas resbalan por el cristal, como lágrimas que no supe derramar. Las observo, hipnotizada por este ritmo que parece reflejar el caos de mis pensamientos.
Maxime. Él está ahí, en algún lugar, en un mundo que ya no es el mío. Un mundo al que no puedo volver, a pesar de los recuerdos que vienen a abrazarme en cada instante. Él tiene sus razones. Lo sé. Tiene su vida, sus elecciones. Y yo… yo estoy aquí, esperando, en esta pequeña habitación donde el tiempo parece suspendido. Cada minuto que pasa me recuerda que me ha olvidado, que soy parte del pasado, que mis sueños se han convertido en sombras.
Pero… ¿realmente ha terminado? ¿Estoy lista para dejar que todo eso se escape como un suspiro en el aire? Me sorprendo soñando con otro futuro, un mundo donde él regresaría a mí, donde me encontraría de nuevo. Pero esos pensamientos son ilusiones, lo sé. Un futuro dif