Léa
Siento el deseo elevarse dentro de mí, inundando cada pensamiento de calor. Mis manos finalmente encuentran el camino hacia su espalda, deslizándose bajo su camiseta, explorando la calidez de su piel. Tiemblo al contacto, mi cuerpo reaccionando instintivamente a su presencia.
Maxime se incorpora de nuevo, su mirada entrecerrándose de deseo. Por un momento, temo perder este instante, pero al siguiente se acerca, agarrando mis caderas con una firmeza tierna.
— Eres hermosa, susurra, su mirada recorriendo mi cuerpo con adoración.
Sus palabras son dulces, pero solo avivan el fuego que arde en mí. Agarro el dobladillo de su camiseta y la tiro con confianza, hasta que levanta los brazos, liberándose de su prenda. Me encuentro frente a un torso musculoso, perfectamente esculpido. Mi corazón se acelera, una ola de deseo me invade.
Sin apartar la vista de él, me levanto y me acerco, mis manos acariciando su torso. Exploro cada músculo, cada curva, y él se deja hacer, sus ojos cerrados por