Maxime
El silencio reina en el apartamento, solo interrumpido por el ruido regular de la respiración de Léa, profundamente dormida.
Me quedo inmóvil, los ojos fijos en la pantalla de mi teléfono.
"Alguien te ha vendido."
Uno de mis antiguos aliados.
Siento la mordedura helada de la traición.
Mi red se basa en la lealtad, en la confianza ganada con dificultad. Si uno de los míos me ha traicionado, sabe perfectamente lo que eso significa.
Apreto mi agarre en el teléfono.
Debo saber quién.
Marco un número.
— ¿Maxime? responde una voz grave, adormilada.
— Tenemos que hablar. Ahora mismo.
Un suspiro.
— ¿No puede esperar?
— No.
El silencio dura un segundo, luego la respuesta llega.
— Encuentro en una hora en el viejo hangar, calle Garnier.
Cuelgo.
Deslizo mi arma en mi cinturón, me pongo una chaqueta y echo un último vistazo a Léa.
Ella se ve tan tranquila.
Salgo sin ruido.
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El Hangar – La Cara del Traidor
El lugar está desierto.
El olor a metal y aceite flota en el aire.
Avanzo con prec