Abrí la puerta y entré de golpe, no sé cómo logré mantener la calma. Aplaudiendo les dije ¡Felicidades a los futuros padres!
Delia tenía corrido el maquillaje de tanto llorar y Juan Carlos titubeó intentando tocarme, pero no se lo permití. Hacía unos días que mi amiga me había me había advertido que mí novio podía engañarme si no me acostaba con él y ella estaba esperando un hijo suyo.
Algo dentro de mí se rompió no solo había perdido a mi novio con quien yo esperaba hacer el amor por primera vez esa noche, sino que había perdido también a mi mejor amiga a quién consideraba casi una hermana.
—No se preocupen por mí, sean felices y hagan feliz a ese bebé — dije con una calma que hasta a mí me sorprendió. Pude ver en la mirada de ambos que no esperaban que reaccionara de esa manera, Delia balbuceó algo, pero no escuché, me di la vuelta y salí del baño. Afuera el baile había comenzado, todos estaban felices por haber terminado la universidad y haber conseguido el tan anhelado título.
Cam