Abrí los ojos cuando el capitán anunció que íbamos aterrizar, no sé en qué momento me quedó dormida pero realmente estaba muy cansada, sentí los hombros como si hubiera soltado una carga muy pesada, tanto, que era ya imposible sostener., ¡Y aquí estaba! en el paraíso tropical del mar caribe y dispuesta a olvidar y comenzar de nuevo. Bajé del avión y reconocí mis maletas, ¡Toda mi vida estaba en dos maletas! debía tomar un taxi para que me llevara, así que usé mi teléfono para pedir un auto de alquiler por aplicación, así me sentiría más segura.
Estaba esperando absorta en mis pensamientos cuando la voz de un anciano me trajo a la tierra nuevamente.
- Puedo ver el 22 en tu frente – me dijo – El bien y el mal lucharán por apoderarse de tu corazón tú eres la Luna que viene a liberar al Rey Alfa de su maldición–
Yo me quedé muda, el anciano tomó mi mano y puso sobre ella una piedra y luego me cerró la mano con fuerza.
- Esto te protegerá – continuó – llévala siempre contigo y no tomes dec