Suzy quedó sorprendida por el comentario. Mira a Tenzin, que, al parecer, no entendía de toda la situación. Pero la amiga ya se había encargado de hacer la reservación para ellos con antelación.
—¿Qué...? —Suzy pregunta, un poco avergonzada.
La amiga simplemente sonríe y se aleja, dejando a los dos allí, con una mirada cómplice.
Tenzin y Suzy se miraron en silencio, ambos comprendiendo lo que acababa de pasar. Sin embargo, no podía negar que había algo especial entre ellos. El aire se volvió más tenso, más íntimo así que no objetaron.
Cuando acabó la ceremonia y la mayoría de los invitados se fueron, quedando solo los más cercanos a la novia y al novio, la habitación estaba bañada por la suave luz de las lámparas y un aire de complicidad se respiraba entre los dos. Después de todo lo que había sucedido durante la boda, desde el ramo hasta la Chacabana caribeña que Tenzin llevaba puesto, algo había cambiado. Los dos se encontraban solos en la habitación que la amiga de Suzy había reser