—Aquí creo que estaremos bien, hay muchas palmeras que nos cubrirán del sol.
—Me encanta—dice Suzy a su mejor amiga Natalie.
—Cuando llegaran los amigos de Tenzin?
—En la tarde. Después de la comida. Todos trabajan, no son vagos como nosotros.
Tenzin ayudaba con las cosas más pesadas.
El sol arde alto sobre la costa, el cielo despejado, las olas rompiendo suaves contra la orilla, y el aire cargado de brisa salada… Suzy respira profundo.
El plan de pasar el día en la playa después de “una semana de acción” era perfecto para relajarse y, tal vez, olvidar que no era lo mismo un preservativo S que uno XXL.
Suzy fue invitada por su amiga, Natalie, todos llevaban trajes de baño, toallas, protectores solares, pelotas y snacks.
Todos menos Tenzin.
—¿No trajiste ropa de baño? —le pregunta Suzy, al verlo bajar con una camisa larga y pantalones jean.
—No tenía pensado bañarme… ¡yo no creí necesario traer uno!
—Ay, mi amor… Estás en un entorno de amigos, no en un retiro espiritual. Vamos a alquil