Los tres entramos a la oficina del jefe, quien ya se encuentra sentado y acomodado en su escritorio. Ahí se ve un pequeño thermo y una lonchera sombría color azul marino, al parecer era cierto lo del lunch de su mujer.
Cerramos la puerta detrás de nosotros.
-Otra vez, buenos días a todos. Me da gusto verlos de nuevo reintegrados a sus puestos de trabajo, bueno... todos estamos reintegrados –dice abriendo los brazos como enseñando su escritorio -, pero hay unas cosas que arreglar antes. Cosas de oficina, burocracia y demagogia que les tengo que comunicar.
Como ya sabe, fueron reintegrados al entender que ustedes no fueron elementos activos de una posible filtración de información o traición en la Fiscalía. Pero eso no frena que siga la investigación de Asuntos Internos, esto es algo que quiero puntualizar, ya que es importante que sepan que los mantendrán bajo la lupa hasta que todo se aclare y se garantice que las ratas aquí ya no están –dice con un dejo de ironía -. Por lo mismo, la