Waldo no fue a trabajar al diario dos días después del incidente en el centro comercial. No le dijo nada a su jefe, simplemente desapareció. Lo llamé varias veces a su móvil, lo busqué en su casa, lo esperé, incluso, sentada en la puerta, sin embargo, mi enamorado no aparecía. Yo temblaba de miedo, estaba angustiada, aterrorizada y pensaba que a él le hubiera pasado algo, quizás estaba muerto luego que el cazador de hombres lobo intentó volarle la cabeza en el centro comercial. Él estaba desaparecido y todo era muy coincidente y sintomático. Estuve así esos días, esperando por él, frente a su casa, hasta muy tarde en la noche, empero Waldo no llegaba ni tampoco respondía a mis llamadas. Yo lloraba a borbotones y la gente que pasada por la vereda, me veía anonadada llorando como un chiquilina a la que le han negado un juguete, sin embargo yo no podía controlarme. ¡¡Estaba demasiado enamorada de Waldo y temía por su vida!!
Por la mañana, me llamó Hill. -Hay otro muerto hecho jir