Capítulo 23

Hill estaba hecho una fiesta con el terrible incidente. ¡¡¡Hombre lobo salva a nuestra redactora!!! tituló a seis columnas en la edición impresa y Alessia hizo una gran cobertura en nuestro portal de internet. Mi amiga me entrevistó, además, y el video fue colgado en la red. Todos los medios lo copiaron. Yo era una celebridad sin proponérmelo.

A Waldo, sin embargo, todo eso le daba risa. -Los hombres lobo no existen, mi amor, lo que viste fue una alucinación, estabas aterrada, angustiada y después que le golpeaste la cabeza a Tobías, el pobre tipo desvarió, se lanzó al vacío y terminó de hacerse pedazos el cráneo-, estallaba en risotadas mi enamorado, burlándose de las evidencias.

-Esto no es de reír, Waldo, estuve a punto de morir en manos de Manson-, seguía yo furiosa, sin embargo.

-Has leído mucho sobre leyendas, mitos, historias fantásticas de los hombres lobo. En Bulgaria, donde son mis padres, se habla mucho del varkolak un licántropo tenebroso pero aliado a la justi
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