Capítulo 22

Esa noche tranqué bien la puerta, las ventanas y puse mi bate de béisbol en la cama como siempre lo hacía en previsión de que la bestia pudiera atacarme y devorarme. Mujer precavida goza toda la vida ha sido siempre mi slogan je je je. Yo dormía en el tercer piso para más seguridad, pensaba yo, además. -Primero la bestia y ahora Manson, siempre estoy amenazada por alguien-, renegué furiosa luego que me puse mi bata. Alessia tenía razón de que yo tenía mala suerte con los hombres.

Me di un buen baño, me envolví en una bata y cené alguito porque ya había comido una decena de emparedados con Waldo, mientras paseábamos por el parque, je. Me dispuse a dormir entonces cuando escuché la voz de Tobías, suplicándome desde la ventana del patio. -Estoy herido Jenny, la policía me disparó-, me dijo susurrando. Había subido la cerca y hablaba despacio, imagino para que los vecinos no lo reconozcan.

Entonces cometí la torpeza de bajar y abrirle la puerta. Yo siempre he sido demasiado confiad
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