-Se trata de una guerra de principios-, les remarcó McCloud a sus discípulos. No tuvo mucho cuidado en elegirlos, tampoco, sin reparar en su estirpe, sus antecedentes o su abolengo. Ninguno era un vampiro, sin embargo resultaban fanáticos, creían en la cruzada contra los lobos y estaban dispuestos a morir por esa causa remota y descabellada. Ahora lo que necesitaban eran armas.
-Requerimos dinero para comprar pistolas y fusiles-, fue lo que dijo McCloud en esa candente reunión que se prolongó hasta entrada la madrugada. Todos estuvieron de acuerdo. Su clan no contaba con los recursos suficientes para cazar a los hombres lobo.
Fue por eso que McCloud pidió más dinero a la cofradía de Gergely y eso finalmente le costó la vida. Él no quería aprovecharse de la secta de Gergely pero los afanes de venganza, de acabar con los licántropos de McCloud, lo malinterpretó la cofradía. En realidad la animadversión a los cánidos de McCloud lo habían hecho cometer muchos errores y uno de el