¿Él dio la orden para que me echaran? Un denso escalofrío recorre mi espina dorsal y eriza todos los poros de mi piel. Miro al doctor Shepherd como si hubiera perdido la razón.
―Ludwig estuvo despierto por algunos segundos, antes de volver a quedarse dormido ―le explica a Jacob―. En ese instante de lucidez me pidió que no dejara entrar a nadie más que a ti y a Robert.
Un nudo muy grueso se forma dentro de mi estómago.
―Soy su novia ―susurro en voz baja debido a que aún estoy en shock por la impresión que acabo de llevarme. El médico gira su cara y me observa con pena y lástima―, tengo derecho a estar con él.
Lud nunca me haría algo como esto, ¿cierto? Aclara su garganta y procede a responderme.
―Le informé que tú y Jacob estaban esperando para entrar a verlo ―se me queda mirando durante largos segundos. Por su expresión puedo suponer lo que está a punto de decirme―. Fue tajante al señalar que solo quería hablar con él.
Hace un gesto con su cabeza para señalar hacia el lugar en el