— ¿Vas a hablar con él? —preguntó, con los ojos fijos en los de él.
— En el momento oportuno —respondió John, seco, antes de alejarse.
John se separó de sus amigos y fue a saludar a otros empresarios, hasta llegar a la mesa de Van Duuren. Era la mesa de honor de la noche, cerca del escenario, donde estaban sentados Brandon White, Ethan, dos inversionistas de Dubái y Van Duuren. John saludó cordialmente e intercambió algunas palabras con Brandon y Ethan; para su nada sorpresa, su lugar estaba reservado entre Pamela y Van Duuren.
Durante la cena, Pamela mantuvo una postura profesional, presentándolo a los inversionistas y destacando puntos estratégicos del proyecto inmobiliario. Brandon White, observando a su hija, mostraba una expresión orgullosa, aunque aún crítica.
John aprovechó la oportunidad para conversar con Van Duuren sobre su minera. Al final de la cena, prácticamente habían cerrado el trato.
La velada se extendió más de lo esperado. Tras la recepción en el salón comedor, much