—El señor Saints, la noche en cuestión —Bruce evitó mencionar directamente que era la noche de la fuga de Elizabeth—, ofreció una cena familiar a su prometida, la señorita Miller, en la residencia de los Saints. Su coche llegó a las ocho. Las cámaras solo la muestran entrando sola.

Bruce publicó nuevas fotos que mostraban un coche rojo entrando en la casa alrededor de las ocho. Los cristales laterales estaban tintados, pero desde el frente se distinguía la silueta de una mujer rubia, sola.

—Alrededor de las dos de la madrugada, salió de la residencia, también sola. Diez minutos después, volvió a entrar. Ningún otro vehículo entró ni salió de la propiedad de los Saints hasta las nueve de la mañana.

John analizó cada imagen como si pudiera extraer una confesión silenciosa de ellas.

—¿Y este coche negro? —señaló la imagen de un coche con los cristales completamente tintados saliendo de la residencia—.

—Este es el vehículo del señor Saints. A la mañana siguiente, se marchó con su chófer.