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Preparando las maletas

-ASS- 

Con la música de rapsodia bohemia, en la maravillosa voz de Freddy Mercury y de Queen, obviamente, nos encontramos en mi departamento junto a Dana... 

-Te dije que no tendrías problemas con la jefecita. -me sermonea Dana, mientras armamos mi segunda maleta. Ella ya ha llegado con la suya que, por lo que veo, lleva menos cosas que mi bolso de mano. La miro con la cara fruncida y me animo a preguntarle. 

-¿Y tú?

-¿Yo qué?

-¿Te comprarás cosas en Nueva York? 

-¿Por qué lo dices? 

-Por tu maleta-se la señalo-, parece que no entendiste que, por desgracia, nos quedaremos unos buenos días por allá. 

- Soy una mujer austera, Alma. No necesito de un avión completo para mi equipaje. 

- Si mi alma franciscana jajaja. A propósito, ¿Qué m****a me pondré para la gala?

- Eso está cubierto, la señorita Aitana ya mandó varios vestidos para ti. 

- No me digas, mamá...

- Ajá, ella ya me avisó que desde España vienen viajando. 

- Pff... 

-No seas así, los vestidos de la señorita Aitana son los más hermosos del mundo-lo dice con los ojitos emocionados, lo que me da una idea brillante.

- ¿Me pasas el iPad? 

- ¿Para qué? 

- Pásamelo y ya, mujer. 

-Toma enana cascarrabias -cuando me llama así mi corazoncito se encoje, la verdad es que nadie me ha dicho así desde hace mucho tiempo, pero ella sabía como me decía ese baboso - ¡Oh!, perdón cariño. 

- No te preocupes, ya lo superé-le doy la mejor y de mis sonrisas y le vuelvo a hablar-. Puedes ir a buscar una taza de café a la cocina, porfis. 

- Voy, su majestad. 

No sigo con el tema, porque es mentira que lo haya superado en su totalidad, pero eso es otro tema que no quiero hablar, por ahora...

Bueno, a lo que iba, tomo el iPad y escribo sobre el correo que le enviamos al señor Di Rossi. 

++Estimado señor Di Rossi ¿quería preguntarle si puedo llevar un acompañante a la gala del sábado? 

Quedo atenta a sus comentarios. 

No han pasado ni dos minutos y tengo respuesta. 

++Estimada ASS. 

¿Acompañante? 

-Qué curioso, señor Di Rossi. -me decido a responderle.

++Estimado señor Di Rossi 

Sí, acompañante. 

Nuevamente responde en forma rápida. Wow, debe tener mucho tiempo libre ¿no? 

++Estimada ASS. 

¿Dama o caballero? Si desea me puede escribir a mi número personal, el cual envío al pie de este mensaje. 

Wow, el tipo se las trae, obvio que le voy a escribir, me tiene intrigada su forma de tratarme, se siente entretenida y linda. 

Tomo mi celular y marco el número de Enzo Di Rossi, lo guardo como "señor extraño" y luego le escribo por W******p.

-Hola, soy Alma, perdón ASS. 

-Buena tarde, Alma. - Que ceremonioso jajajaja... 

-Buena tarde, señor Di Rossi. Perdón por molestarle. -veo los dos tics en azul y mi pantalla se mueve con la que debe ser su respuesta. 

-Nunca será una molestia. -Mmm, en cada momento la forma en que me trata me hace sentir algo cálido... Así que decido seguir la conversación. 

-Gracias. Bueno, como le decía en mi correo me gustaría saber si puedo llevar a un acompañante a la gala. Puede ser una patudez por pedirlo tan tarde, pero usted entenderá que esta invitación recién la recibí ayer. 

-Y yo le pregunté si dama o varón. -¿Qué pasaría si le digo varón? ¿Se sentirá mal? ¿Será que ya llegó a Nueva York el chisme con Newtt? ¿Le hago una bromita? Naaaa, el tipo ha sido muy caballeroso, además le prometí un baile.

-Será una dama, se trata de mi asistente. 

-¡Qué bien! No hay ningún problema, envíeme los datos de su acompañante al mismo correo y yo haré que su deseo se haga realidad. 

- Wow gracias, señor Di Rossi. 

-Enzo, sólo Enzo. 

- Un gusto Enzo. 

-Lo mismo digo. 

- Y gracias. Luego le envío la información a su correo. 

-Por nada, es lo mínimo que debo hacer por mi futura acompañante a la gala-WTF ¿Me está diciendo que sea su pareja en la gala? Recontra m****a, ¿qué hago? -¿sigue ahí, Alma?

Pues claro que sigo aquí, en estado de shock, pero aquí, aqui... Marco el número de Enzo Di Rossi y no ha pasado ni un repique que está contestando. 

-No pensé que me llamarías. 

-Bueno no lo pensaba hacer, pero sí, es necesario. ¿Es cierto lo que me pediste? 

-Absolutamente -su voz es wow, seca, varonil y penetrante, uy ya lo quiero conocer. 

-¿Y eso? -indago. 

-Digamos que estoy apostando y me gusta ganar. 

-Que Tahúr, Enzo, pero a mí también me gusta jugar, así que acepto.- » ¿de dónde saliste Alma la arriesgada?» no tengo idea, conciencia, no tengo idea.

-No te arrepentirás. 

-Digo lo mismo. 

-Vale, pipí...- se escucha una vocecita de niño ¿Tendrá hijos? ¿Será casado? -dame a la niña Enzo- esa... esa voz... la conozco...-Perdón mi hermosa dama, pero mi sobrina necesita ir al baño y estoy llegando a su casa. ¿Te parece que hablemos más tarde? 

-Oh, sí, sí, por favor preocúpate de tu sobrina y mil disculpas si te importuné. 

-Tu jamás me vas a importunar, Alma... -m****a, su voz se escucha tan... sexi.

-Te dejo, hablamos después. 

-Addio signorina. 

-Ciao signore. 

«Aww me enamoré, jajaja» , lanzo el teléfono y me pongo a rebotar en mi cama como adolescente hormonal y río como una loca. Que dulzura de hombre, preocupado por su sobrinita, ¿Díganme que no es un tesorito? «Me lo quiero comer.» 

-¿Y a ti qué te pasó? 

- ¡Dana! Me asustaste. 

- Es que pensé que te había dado un ataque epiléptico. 

- ¡Idiota! 

- Es que te hubieras visto-se ríe como desquiciada de mi actuar.

- Pero por idiota, te aviso que serás mi segunda acompañante a la gala del MET. 

- ¿Qué? 

- Eso. - me encojo de hombros y sigo mi faena. 

- ¿Cómo que eso? Alma, soy tu asistente no una súper estrella. 

- ¿Y? 

- ¡Que no! 

- Upsi, lo siento, te acabo de confirmar. 

- Dios, eres igualita a tu madre. 

- Y a mucha honra. 

- Ahora dime ¿con quién hablabas? 

- Con mi otro acompañante. 

- ¡¿Qué?!

- Ay, Dana. Deja el drama, estaba hablando con Enzo Di Rossi. 

- ¡¿El director del MET?! 

- Sip. 

- ¡Alma! 

- ¡¿Qué?!

- Espera, ¿Cómo que hablando? ¿Cómo conseguiste su número? 

-Él me lo dio. -me encojo de hombros de nuevo y sigo, ahora sentada arriba de mi segunda maleta tratando de cerrarla. 

- Alma, eres... eres... 

-Soy, él amablemente me lo dio para conversar sobre el tema de mi acompañante, o sea tú, y luego me dijo que mejor lo habláramos por teléfono. Simple. 

- Bella, agradezco que quieras llevarme, pero... 

- Pero nada, señorita. Ya está todo arreglado e iremos juntas a la gala del MET. 

- Está bien, no puedo contigo. 

- A veces ni yo puedo conmigo, pero aquí me ves. 

- De verdad que estas loca de remate-se ríe a carcajadas de mí.

- Terminemos las maletas que el jet de papá nos está esperando. 

- Vale. 

En el proceso, busco la gatera de Salem y sus cosas, que guardo en su maleta y adivinen ¡Es más grande que la de Dana! Tomamos nuestras cosas y por fin después de cuatro largos años volveré a mí hogar.

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