Camila
Despacio y sin prisa, me esfuerzo en abrir los ojos. La luces en la parte superior hacen contacto fuerte a mi vista, parpadeo maldiciendo por el repentino dolor de cabeza que me golpea. Apoyada en mis manos, haciendo toma de conciencia, identifico el lugar donde estoy.
Un hospital.
Bajo mis brazos con cuidado, arropando mi cintura con una de las tantas mantas que me acompañan.
—Lastima.—me quejo del lacerante malestar.
—Tranquila, con calma...—discrepan a un lado.
Balanceo mi cuello suavemente a la voz. Es Marisol. Me ayuda a ubicar la almohada debajo de mi cabeza para mayor comodidad, luego regresa a su puesto. La miro atónita, debería estar en Canadá recibiendo la ayuda, además le es desagradable tener que estar en un hospital.
Su postura erguida demuestra serenidad en su sitio, nada comparado con la que conocí, invadida de repulsión, pavor, disgusto...
—Déjame hablar primero.
Adelanto las palabras al visualizar sus gestos para comenzar a surgir las preguntas que no he acla