Elizabeth La llegada fue tan inesperada que ir varias veces al baño en medio del vuelo no fue suficiente, sino me causaba más nervios. Una opción sería regresar, no había problema en ello, pero le prometí a mis padres volver con el lío resuelto. Nunca estuve indecisa al hacer algo y esta no será la excepción. —¡Despejen los pasillos, gracias! Grita una azafata de baja estatura en el inicio de la cabina. Que obsesión tiene con chillar, va a acabar con mi puto oído. Por fortuna la fila va rápida y no tardo en salir, camino a la entrada del aeropuerto en la cual me espera Rafael, mi conductor. —¡Elizabeth, es un gusto verla por acá después de mucho tiempo! —Así es, también me agrada verte. Lo abrazo con incertidumbre, pensé que no trabajaba más para mi familia, entonces fue un cambio, extraño. No me molesto en preguntar, ya que sube el equipaje volviendo al volante. —Gracias por recogerme. —Descuida. ¿Al apartamento o quiere que la deje en la empresa?—niego, dejándole presenciar
Leer más