—¡Mi amor! ¡Te estaba esperando! —Grito Adeline desde la ventana del auto de Leah, la cual estaba haciendo sonar la bocina del auto de forma desenfrenada.
—¡Voy, chicas! —Mire de reojo a Joseph, quien me seguía mientras se acercaba a un paso tranquilo al auto de mis amigas.
—En verdad pensé que lo de tus amigas era mentira.
—¡Ya viste que no lo es! ¡Largo de aquí! —Trate de espantarlo mientras subía al auto de Leah, la cual había dejado de hacer sonar la bocina tras un suave movimiento de las manos de Adeline.
—¡Joseph, tiempo sin verte! —Lo saludo Adeline.
—Que grata sorpresa, Adeline. No pensé que usted fuera amiga de Morana.
—¡Lo somos, querido, las mejores! ¡Siempre inseparables! ¡Ya casi, casi mi esposa! —Presumió de mi, haciéndome soltar risas y a Joseph solo aumentar su disgusto a medida que ella hablaba, claramente no muy alegre de que estén a punto de llevarme y de haberse encontrado con "el chivo pesado".
Aunque sabía que un momento vergonzoso estaba a punto de