—¿Y te miro los... ya tu sabes? —después de haberme retirado ayer de Sunday Crazy sí fui directamente a mi casa a pasar la noche y dormir.
Y de nuevo a las siete de la mañana, al frente de la gran empresa. Estando a punto de entrar hasta que me pare por unos segundos fuera de las puertas, hablando por llamada con mis dos amigas mientras en mi otra mano sostenía una pequeña bolsa con cuatros vasos de café.
—Si, fue muy descarado.
—Muy bien, con ese escote que tienes hoy se termina de volver loco. Hasta yo quiero meter mi cara en medio de esas tetas. —Adeline comenzó a reírse como una desquiciada después de decir eso, como si lo que estaba haciendo fuera una especie de escalón a la victoria para ella. Supongo que su rencor contra Joseph le permite disfrutar de su sufrimiento actual.
—En televisión no te ríes así. —Menciono Leah.
—En televisión tengo que mantener mi carisma.
—Chicas, si se van a extender voy a colgar, ya debo entrar a trabajar. —mire a la pantalla, viendo la