En algún lugar tenebroso.
Caín deja de besar a la mujer que tiene entre sus brazos y se incorpora para mirar al sirviente que se adentra en sus fríos aposentos. El harem de mujeres a su alrededor emitió un murmullo de protesta, se lo estaban pasando en grande con ese robusto y sensual hombre.
—¿Qué pasa, Ebrain, quieres unirte a la fiesta? —se burla él dirigiéndose desnudo hacia el sirviente.
Baja la cabeza en señal de respeto.
—Señor, encontró a su compañera —informó Ebrain con la voz entrecortada.
Caín no supo cómo tomarse eso, la verdad es que la noticia tarde o temprano iba a pasar, Caleb no tardaría en contrar a su compañera de vida. El joven sonríe pícaramente, lame la sangre reseca de sus dedos y se vuelve hacia sus bellas mujeres.
Tiene un estupendo harem de vampiresas ardientes y promiscuas.
—¿Oyeron? —vocifera él.
Las chicas se emocionan, empiezan a aplaudir y alegrarse por tal acontecimiento. Él aprieta el hombro de Ebrain que está totalmente tenso, las lámparas de v