La perturbada mente de Charley, unida a una dura vida en las minas de carbón, es la amalgama perfecta para que se transforme en un asesino serial, en busca de un objetivo dictado por una voz en su cabeza a la cual llama “Dios” y a la que busca satisfacer al mismo tiempo que disfruta sus actos dantescos. La esquizofrenia y la ambición van de la mano en esta historia escalofriante.
Leer másTodo eso se le hizo sospechoso y le siguió sin que se diera cuenta hasta las minas abandonadas del señor Clark. Se apostó en las afueras de la entrada y descubrió que el hombre no estaba solo, sino que con él había dos más. Viendo que era fácil deshacerse de ellos cuando salieran a buscar provisiones y que en cualquier momento podían huir si iba a avisar a los demás, prefirió atacarlos primero a riesgo de su propia vida. Persiguió a los dos que salieron a la siguiente noche, uno fue por agua y el otro por frutos o animales. Primero atacó al del agua y lo venció fácilmente, luego hizo lo mismo con el otro, aunque le costó más trabajo, pero lo dominó al final. Amarró a ambos y les hizo ir hasta la mina, donde le indicaron dónde estaba la señorita Rachel. Luego la buscó y redujo al otro bandido, encerrándolos a todos en el luga
La había acostumbrado a su forma de ser y de amar, o al menos eso creía. La dominaba a su antojo y le daba lo que el enclenque del novio no supo darle. No era de extrañar que ella se enamorara de él, un hombre de verdad, fuerte y sin misericordia, con un carácter masculino y músculos como acero. Además no era feo, medido al lado de los que había conocido estaba mejor que la mayoría y en la cama se convirtió en un experto, provocándole más orgasmos a ella que los que había tenido él mismo en toda su vida. Todas las reflexiones que cruzaban por su mente encontraban un obstáculo, y era las condiciones en que se encontraban. Charley era prácticamente analfabeto, pero a fuerza de observar y de analizar a las personas que le rodeaban, sabía que el ser humano era muy complicado y engañoso. Los animales son mucho más sinceros, pero nosotros podemos engañ
Sabía que mientras más caos y desorden hiciera, más oportunidad tendría para aumentar el tiempo de huida. Se sentía indetenible, implacable. Él solo se burlaba de todo un cuerpo de policía y de un millonario con cientos de hombres buscándole. Creció más de lo que cualquiera hubiese crecido con sus limitaciones. Era un verdadero guerrero, marcado para dirigir en lugar de seguir. Ya ni siquiera pensaba en el reconfortante fuego que consumía la materia en sus aburridas tardes en su lugar de nacimiento, ni el retorcido gusto por ver los restos mutilados por el tren. Ahora la satisfacción tenía que salir de sus manos, crear él mismo el destino de los demás, no recrearse en las consecuencias de actos fortuitos o en la mala habilidad de escapar de un viejo borracho ante los incendios provocados y que se asó ante sus ojos en medio de gritos escalofriantes. Ya no veng
Al día siguiente se aparecieron los empleados de la casa de subastas con uno de sus directivos y se llevaron más de la mitad de los caballos. El señor Thomson adoraba a sus corceles, pero más adoraba su dinero y sus propiedades. Se trazó un plan para deshacerse de todas las cosas posibles sin tener que tocar sus reservas de oro en el banco ni vender ninguna propiedad. Ahora que la vida de ambos jóvenes corría peligro, la familia real de Holanda tendría que poner parte del rescate o no se lograría nada con los raptores. La policía tenía mucha confianza en que se recuperaría el dinero después de la entrega e insistían que el metal fuera la mayor cantidad posible del rescate, para dificultar la huida de los malhechores y propiciar la persecución por parte de las autoridades. Nadie podría marcharse con esa cantidad absurda de oro sin ser visto y perseguido
La búsqueda en la propiedad duró tres días, luego se extendió a las vecinas con la colaboración de sus dueños, que pusieron recursos y personal para ayudar. La policía averiguó entre todos los trabajadores y después en los pueblos vecinos y en la ciudad. La mayoría de los empleados estaban sumados a la búsqueda y el señor Thomson no se apartaba de la policía. Charley estaba a punto de aparentar descubrir la nota de los captores que Jacob había pasado por alto, aunque sabía que si lo hacía, atraería hacia sí las sospechas. Por suerte Jacob encontró la nota que sobresalía un poco de la alforja que colgaba en los establos y se la llevó al señor de inmediato. Entonces la policía abrió un proceso de investigación por secuestro y extorción y cerró la de desaparición. Establec
Allí, en la comodidad de su cama, calculó que la distancia del túnel debería ser de unos ciento cincuenta pies con una inclinación de quince grados. De lo contrario tendría que hacerlo o muy largo o muy inclinado. Muy largo dilataría mucho el trabajo y muy inclinado sería imposible para él solo al momento de sacar la tierra escavada. Tenía que empezar y terminar la obra desde el lado opuesto al lugar de la entrega para no dejar pistas que pudiese llevar a alguna sospecha. Llegó a la conclusión de que no necesitaría de pilares de soporte para algo así, porque haría el techo del túnel en forma de arco, para que el peso de la tierra sobre él se dirigiera hacia los costados y no sobre el vacío. La excavación sería un poco incómoda por la estreches que quería darle, a fin de prescindir de maderos que harían muy trabajosa la
Último capítulo